Requena existe
El domingo 11 de febrero fui a Requena. Tengo alli una buena amiga y era la Feria del
Embutido. Eran dos motivos estimulantes.
Consulté los horarios y un tren salía a las 9.14. Desayuné en la Estació del Nord y un poco
antes de la hora me dirigí con calma al andén 8 en el que la pantalla señalaba la salida.
No decía nada la pantalla de hacer parte del trayecto en autobús. Me lo dijeron los guardias
de seguridad. Salía en la calle. Cuando llegué, por unos segundos, ya había salido.
Tuve que esperar casi una hora. El siguiente me llevó A la estación de Valencia-San Isidro.
Una vez allí aún tuve que esperar otra media hora. Por fin a las 11.20 salimos para
Requena.
No había música de fondo. Un ruido del motor nos iba a acompañar como una tortura
hasta nuestro destino.
Al contrario que el tren que me trajo desde Zaragoza a Valencia este no tenía ni enchufe
para cargar el móvil ni anunciaba las paradas por pantalla y megafonia. Tampoco espacio
para bicicletas o máquina de vending. Me di cuenta; Teruel existe
Menos mal que el paisaje agreste del rio Juanes alegró un rato la retina y excitó la
imaginación.
Al llegar a Requena el último susto. La distancia entre el coche y el andén obligaba a dar un
salto sujetando bien la manilla del vagón. Era la una
Hace unos días había mirado un billete de avión para ir a Turquía. Caí en la cuenta de que
llegar a Estambul desde Valencia me iba a costar el mismo tiempo que viajar a Requena.
Que paradoja. Requena, un pueblo con dos estaciones y ninguna le presta un buen servicio.
Una son lentos y la otra son caros.
Un consejo; RENFE. Generalitat Valenciana y Ayuntamiento; mejoren las comunicaciones
ferroviarias de la comarca de Requena