A mediados de octubre del año pasado, cuando Quico Catalán llamó a Lucas Alcaraz y le propuso sustituir a José Luis Mendilibar en el banquillo azulgrana, la defensa granota sufría cada jornada una auténtica sangría de goles. Con ocho partidos disputados, el Levante UD de la Liga 2014-2015 había encajado la escalofriante cifra de 20 tantos. Cierto es que en esos primeros encuentros se había enfrentado al Barcelona (0-5) y al Real Madrid (0-5), pero aquellos nefastos números y las sensaciones derivadas de ellos parecían condenar al club de Orriols al descenso.

Por eso, nada más llegar a la Ciudad Deportiva de Buñol, el técnico andaluz se empleó a fondo en recuperar en la plantilla la esencia perdida en las últimas temporadas. O lo que es lo mismo, rescatar la versión más sólida y rocosa del Levante UD como base para crear un equipo veloz y peligroso al contragolpe. Ese objetivo se consiguió, a medias, a lo largo de la segunda vuelta de la temporada pasada. Fue suficiente para salvar la categoría.

Sin embargo, esta campaña se ha dado un paso más. Con el consabido cambio de sistema, el 1-5-3-2, el Levante UD ha recibido tres goles en los tres primeros partidos de competición, uno de ellos con diez jugadores desde el minuto 5 por la expulsión de Simao. Pero más allá de la estadística, el juego mostrado sobre el césped ha repescado la consistencia defensiva de otros años. De esta manera se ha rebajado el número de ocasiones, de disparos y de goles del rival en cada choque. Como muestra un botón. En la temporada 2012-2013, con Juan Ignacio Martínez, el equipo levantinista llevaba cinco goles en contra tras los primeros tres partidos. Un año después, con Caparrós, a estas alturas de Liga se había encajado ocho goles. En el otoño pasado, con Mendilibar, en los tres primeros duelos hubo cinco tantos en contra.

Asimismo, el Levante UD ha recibido 28 disparos totales, una cifra menos a la de equipos como el Sporting, el Málaga, el Betis o el propio Sevilla, el último rival en Orriols. Los de Emery se acercaron al arco de Rubén en ocho ocasiones, mientras que los valencianos probaron fortuna 14 veces.

Rubén y Feddal, protagonistas

Entre los futbolistas más destacados en este camino de vuelta a la solidez defensiva resaltan tres de los fichajes de este verano. Rubén Martínez, Feddal y Trujillo se han afianzado como titulares en el once de Lucas Alcaraz, por delante de jugadores como Navarro e incluso Juanfran. De hecho, el técnico deberá decidir qué hacer con el de Barona cuando Simao Mate cumpla la sanción. El entrenador confía en el mozambiqueño como líbero, por lo que Feddal está llamado a competir con Juanfran por un puesto como central zurdo. El marroquí agradó mucho en su debut en Las Palmas, donde se mantuvo la portería a cero, al igual que el pasado viernes. Le tocó lidiar con Fernando Llorente. Pese a que sufrió en los primeros minutos, Feddal anuló por completo al delantero riojano en la segunda mitad. Además, cuando pudo sacó la pelota jugada con criterio.

En esta misma línea, otro de los culpables de los datos defensivos del Levante UD es Rubén Martínez. El guardameta gallego se ha ganado el respeto del Ciutat de València con sus paradas ante jugadores como Aspas y Vitolo. Esta última permitió al equipo sumar punto al evitar el 0-2. Entre todos han echado el cerrojo en la portería.