Tardaremos tiempo el olvidar lo sucedido anoche en Orriols en un partido heroico y delirante del Levante que le sirvió para sumar un punto que consolida al equipo de Paco López como azote del madrisimo. El empate debe servir para seguir creyendo en este equipo que pudo ganar y también pudo perder, pero siempre dio la cara.

El primer tanto de la noche llegó con una facilidad pasmosa ya que Benzema arrancó en un desmarque ante Vezo y pasó incluso por delante de Miramón, pero entre uno y el otro defensor granota la casa se quedó por barrer. El galo aprovechó un pase al espacio de Alaba para plantarse en el área de Aitor y sacar un balón atrás tras recortar que Bale remató a la red con suma facilidad. La pelota entró sin excesiva fuerza y por el medio de la portería con el meta levantinista visiblemente desplazado de la bisectriz.

El Real Madrid, si hacer apenas nada, ya iba por delante en el marcador ante un Levante en el que Campaña dejaba detalles de calidad y quiso combinar, y en el que Morales fue el jugador que más lo intentó pese a mostrarse especialmente desacertado en la ejecución de sus acciones.

El conjunto granota había intentado sorprender al Real Madrid con una estructura variable (aparentemente 1-4-3-3- en fase ofensiva para convertirse en un 1-4-4-2 en la defensiva) e incluso sobre la marcha cambio a De Frutos de banda, pero con el paso de los minutos fue perdiendo la presencia poco efectiva que tuvo en la parte inicial del primer acto para ceder terreno ante un Real Madrid que en la recta final de ese periodo por momentos apabulló al conjunto levantinista. Los de Paco López llegaban al descanso como el boxeador que después de recibir un aluvión de golpes escucha la campana salvadora que le permite irse a su rincón a tomar oxígeno.

El Levante entraba en la reanudación con malas sensaciones, pero pronto las ahuyentó porque el fútbol es tan grande que prácticamente en su primer aproximación Melero filtró un pase a Roger que el pistolero (1-1), con Lucas Vázquez enganchado y habilitando su posición, remató con la suficiente fuerza como para doblar la manopla de Courtois y que la pelota entrase llorando en la portería merengue.

Todo el panorama cambiaba en apenas un instante con esa acción y sufría un giro Copernicano cuando poco después un centro desde banda derecha de De Frutos fue empalado por Campaña con una volea sublime que entraba como un misil ajustada a la escuadra derecha de la portería de un Courtois que al igual que le sucedió hace un año ante Morales, tan solo pudo ser un espectador de lujo ante la excelente finalización (2-1).

La coyuntura por motivos obvios invitaba a variar las estrategias y si Ancelotti hizo un triple cambio dando entrada a Rodrygo y Vinicius junto a Asensio, Paco López movía ficha casi de forma inmediata y metía a Malsa y Pablo Martínez. Los cambios inicialmente surtieron más efecto en un Real Madrid que en el m. 72 logró igualar de nuevo la contienda (2-2). Fue en una acción en la que el Real Madrid logró plantarse en apenas dos pases ante Aitor por mediación de un Vinicius que, si durante mucho tiempo ha sido carne de meme por su falta de acierto en la definición, ayer probablemente empezó a quitarse ese lastre puesto que finalizó con un sutil y efectivo toque ante la salida del meta levantinista.

Locura final en Orriols En el partido a esas alturas podía pasar ya cualquier cosa y lo que su cedió fue que Enis Bardhi, casi recien entradito, colgó un golpe franco lateral al área que tras rebotar en Alaba le quedó a Róber Pier para que este rematase a placer haciendo el 3-2 y llevando al júbilo a la grada.

La locura estaba ya desatada y Cantero encontraba un resquicio a la espalda de la defensa merengue para driblar a Courtois y estrellar su remate aparentemente sencillo en la madera. La ocasión de lograr el 4-2 probablemente la clave del choque, se esfumaba y casi a reglón seguido Vinicius lograba el empate de nuevo con una acción aparentemente de precisión quirúrgica. El brasileño había espoleado a su equipo y aún tuvo tiempo de coger de nuevo la espalda a la defensa granota y encarar a un Aitor que tocaba la pelota con la mano fuera del área para evitar el gol y era expulsado cuando el Levante ya no tenía cambios. Vezo se ofrecía voluntario a ponerse los guantes para encarar tres minutos de tiempo reglamentario que aún restaban y seis de prolongación en los que Cantero bloqueó un disparo de Asensio evitando que el improvisado guardameta tuviese que intervenir.

Un punto de locos.