José Luis Morales, independientemente de que el descenso a Segunda del Levante le abre la puerta de salida, tiene tomada la decisión de seguir en Orriols pese a que la categoría en la que milite el conjunto levantinista el próximo año no corresponda ni con sus prestaciones este curso ni con la calidad que atesora.

Según pudo saber Levante EMV, dos días después de sentenciar el encuentro contra el Alavés (3-1), y de que pidiese disculpas a la afición por el desenlace del año futbolístico, Quico Catalán, Felipe Miñambres y el representante del futbolista empezaron a entablar negociaciones el pasado martes para reconducir un futuro juntos. La bajada del Levante a LaLiga Smartbank significó la rescisión de contrato automática del Comandante, pero la voluntad del ‘11’ de seguir ha tenido un papel trascendental.

Sin embargo, las condiciones que se han de dar para que Morales continúe luciendo los colores azul y grana tienen que ser acordes a su estatus y a su condición de leyenda en el Ciutat de València. Eso sí, dentro de las limitaciones económicas que baraje un club que cuenta con la necesidad de hacer caja para sanear sus cuentas, de cara a un verano que se avecina ajetreado en las oficinas de Orriols.

Antes del 30 de junio, el Levante tiene que vender a cambio de 10,4 millones de euros para alcanzar el equilibrio financiero, pero los planes no pasan por la marcha del Comandante ni por una posición en la que no sea la máxima referencia en el proyecto del ascenso. Subir a la élite del fútbol español es la más absoluta prioridad, y contar con la figura del ‘11’ será clave para afrontar el desafío de ascender a Primera.

Pese a los múltiples intereses que tiene encima de la mesa, Morales, leyenda y patrimonio del Levante, siempre manifestó su deseo de extender su vinculación. Sobre todo, después de confirmar el descenso a Segunda División del equipo en el Santiago Bernabéu. «Es increíble todo el cariño que recibo. Esta es mi casa y jamás querría abandonarla», comentó el atacante a los medios del club tras el encuentro contra el Alavés.

Y es que, después de volver de su cesión en el Eibar en 2014, Morales experimentó un crecimiento, tanto futbolístico como personal, que le han posicionado como una auténtica referencia en el Ciutat de València. De hecho, sus números esta temporada hablan por sí solos, hasta el punto de que ha sido el principal abanderado de la remontada levantinista hacia la cima de la permanencia, aunque se haya quedado a falta de un empujón o golpe de suerte.

En la competición doméstica, y a lo largo de 34 enfrentamientos, ha marcado la friolera cifra de trece dianas y repartido un total de seis asistencias. Números que no corresponden con un futbolista que competirá en la categoría de plata, pero el amor y sentimiento que tiene hacia el Levante hacen que, a sus 34 años, sacrifique competir en la élite a hacerlo en su casa y con su gente.