Felipe coge el toro por los cuernos

Orriols vive inmerso en la incertidumbre desde que el Levante apostó por dar un cambio de rumbo en su banquillo. La destitución de Javi Calleja, y sobre todo, la introducción de Felipe Miñambres procedente desde la dirección deportiva abre interrogantes en torno al destino del equipo granota. Nadie duda de las capacidades del astorgano como técnico, pero sus casi 14 años sin sentarse en una banqueta, a excepción del intervalo transitorio entre el despido de Mehdi Nafti y la incorporación de Javi Calleja, provocan expectación sobre cómo reaccionará el combinado levantinista hasta final de curso. Los pupilos levantinistas, si quieren conseguir el ascenso a Primera División, tienen que dar un paso al frente bajo la mirada de su director deportivo. Un Felipe Miñambres que, ni mucho menos, va a tener un inicio de travesía sencilla en su nueva andadura en el club.

Su estreno contra el Andorra está marcado en rojo. De hecho, desde las profundidades del vestuario consideran que, obligatoriamente, tiene que ser un punto de inflexión para volver a engancharse a la parte noble de la tabla. No solo por la situación del adversario, en penúltima posición, sino también por romper una racha de casi un mes y medio sin ganar. Sin embargo, el partido ante el conjunto de Eder Sarabia será un alto en el camino de cara al que será, otra vez, un tramo de elevada exigencia. Tal y como el que supuso el cese de Javi Calleja, donde, antes de medirse al Espanyol, aseguró que «somos conscientes del calendario que tenemos, pero tenemos una gran oportunidad ya que podemos ganar a cualquiera y en cualquier campo». No obstante, el tramo competitivo que se le avecina a Felipe Miñambres es de aúpa.

Aunque en Segunda División no exista rival sencillo, la realidad es que, una vez pase el partido contra el Andorra, el Levante afrontará seis duelos de poder a poder por los puestos de promoción para subir a la élite del fútbol español: cuatro que se sitúan por delante de los levantinistas y dos que, actualmente, son sus perseguidores más inmediatos. Todos ellos, candidatos a estar, como mínimo, en promoción. Pese a ello, ninguno de los mismos se encuentran por encima de la quinta plaza, por lo que será una grandísima oportunidad para meterse de lleno en la pomada del playoff. Un periodo de mucha dificultad para un director deportivo que, tras coger el toro por los cuernos y hacerse cargo del reto de subir a Primera con el Levante, tiene el desafío de extraer todo el potencial que posee una plantilla confeccionada a su imagen y semejanza.

Después de cruzarse contra el Andorra, el Levante se desplazará al Carlos Tartiere para enfrentarse al Oviedo, actualmente en séptima posición, y posteriormente recibirá en el Ciutat de València al Sporting de Gijón, quinto y, hasta hace no mucho, asentado en una segunda plaza que se le ha escapado tras los últimos resultados. Posteriormente, El Plantío será otro obstáculo en el camino para un Levante que se medirá al Burgos, empatado a puntos con los granotas para, después, recibir un derbi autonómico en Orriols contra un Elche que se encuentra octavo.

Una vez pase el duelo ante los ilicitanos, el Valladolid, recién descendido a la categoría de plata del fútbol español y equipo que marca la zona de la promoción, se entrometerá en el trayecto de los levantinistas para terminar contra un Zaragoza que, tres puntos por debajo del Levante, está recuperando poco a poco su candidatura al playoff tras navegar en la intrascendencia durante los últimos meses. Ninguno de los seis rivales están por encima del quinto puesto, por lo que el Levante, después de sacar solo dos puntos de los últimos nueve en sus últimos tres enfrentamientos directos, tiene la responsabilidad de recuperar su estatus en la clasificación de la mano de Felipe Miñambres.