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Obras

Las grúas reconquistan el litoral

El «boom» de la construcción de chalés de lujo, que comenzó en Xàbia en 2013, se extiende a toda la costa de la Marina Alta- Las nuevas promociones toman las últimas atalayas que quedaban vírgenes

Las grúas reconquistan el litoral

En el hiperurbanizado litoral de la Marina Alta, todavía hay sitio para las grúas. La construcción empieza desperezarse tras la crisis. Al stock de apartamentos y adosados vacíos no hay forma de darle salida. La clase media bastante tiene con pagar la hipoteca. En cambio, la construcción de chalés de lujo vive un pequeño boom que a los ayuntamientos no les pasa por alto. En sus presupuestos, ya han previsto que los ingresos urbanísticos repunten.

Este nuevo urbanismo arrancó en los acantilados de Xàbia en 2013. Tras años de no moverse ni un ladrillo, la construcción daba señales de vida. Ese año empezaron a levantarse una veintena de villas de lujo en atalayas privilegiadas de la cala Sardinera, la Barraca o la Granadella. En Xàbia, esa tendencia fue a más. Urbanizaciones atascadas por la crisis como la de Villes del Vent, en la ladera de les Cansalades (tiene vistas al Montgó y al mar), se reinventaron. Los promotores agruparon parcelas, aparcaron los chalés para clientes de clase media y se lanzaron a construir casas de 700.000 euros. Puede parecer una paradoja, pero los chalés de un millón de euros tienen más salida que los devaluados adosados.

Y ahora las grúas reconquistan el litoral de la comarca. En Teulada-Moraira, en las parcelas más elevadas de la urbanización de la Coma de los Frailes (se asoman a la costa de Moraira y a la de Calp y su Penyal d'Ifac), se están edificando varios chalés. El cartel de la futura villa Cronos anuncia que se vende por 1.350.000 euros.

En la zona de Fanadix, en Benissa, que también ofrece vistas al mar, se están realizando nuevos desmontes y obras. La urbanización del Racó de Galeno, igualmente en Benissa, que quedó paralizada por la quiebra del ladrillo, se vuelve a llenar de grúas. Los chalés ahora en construcción miran de frente el Penyal. En Dénia, en la falda del Montgó y en la colina de San Nicolás también se vuelven a construir ostentosos chalés. El boom se extiende.

Las nuevas viviendas están concebidas para un turistas de gran poder adquisitivo. Y tienen otro elemento en común. Ya no vale cualquier parcela. Los chalés se levantan en las últimas atalayas vírgenes del litoral. En la cala de la Barraca, cuando parecía que ya no cabía otro chalé, se ha realizado un desmonte casi en la cresta de la montaña. Mientras, en la cima del risco más afilado de la cala del Moraig, en el Poble Nou de Benitatxell, se está terminando de construir una vivienda que tendrá unas vistas de vértigo.

Ahora habrá que ver si esa creciente oferta de chalés de lujo no acaba por saturar un segmento inmobiliario que es minoritario.

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