La senda de la Cova Tallada va por el mismo camino que la del Penyal d'Ifac de Calp, que se cerró el pasado mes de mayo dado que era muy peligrosa para los senderistas. La ruta que lleva a la cueva litoral, que recorre la parte final de les Rotes de Dénia y llega hasta el término de Xàbia (la gruta ya pertenece a este último pueblo), está muy deteriorada y presenta tramos de riesgo. La conselleria de Medio Ambiente, al igual que en el Penyal, no ha invertido en los últimos años en arreglarla.
La dirección del parque natural del Montgó (esta senda está dentro de este espacio protegido) colocó hace un par de años un cartel en el inicio del camino que advertía de que era una «senda no recomendada». Desde entonces, ya no se ha hecho nada por mejorarla. Y esta ruta es de las más visitadas de la Comunitat Valenciana. La del Penyal recibía antes de cerrarse a unos 160.000 senderistas al año. La de la Cova Tallada no llega a tanto, pero en verano si la hollan cientos de turistas.
Esa gran afluencia, unida a la falta de inversiones, ha agravado el desgaste de la senda. Además, el incendio del Montgó y del cabo de Sant Antoni de hace un año arrasó toda esta ladera litoral, que ahora sufre una fuerte erosión.
El peligro para los excursionistas también estriba en que no hay ni una señal que indique por donde va la ruta. Los senderistas se despistan al llegar a la entrada a la cueva. Muchos de ellos se pasan de largo. Al final, siempre hay alguien que les indica que a la gruta se entra por el costado norte, primero descendiendo por un tramo en el que hay cadenas para sujetarse y luego pasando a ras de mar. Hay otro acceso, pero es más peligroso dado que hay que escalar. Y la cuerda que daba un poco de seguridad a los senderistas se ha quitado.
Así las cosas, la senda de la Cova Tallada parece condenada a la misma suerte que la del Penyal d'Ifac, cerrada «sine die».
