Las grandes rondas son historia. Preservar el paisaje tradicional y esquivar expropiaciones millonarias han empujado a municipios que mantienen travesías urbanas a descartar proyectos que hace unos años parecían imprescindibles. Con el parón urbanístico y demográfico, el orden de prioridades ha cambiado. También pesa, y mucho, la mayor concienciación hacia el territorio y el paisaje agrícola.
Uno de los municipios que reniega ahora del viejo proyecto de abrir una gran carretera de circunvalación es el Poble Nou de Benitatxell. En pleno boom de la construcción, cuando miles de coches y camiones atravesaban cada día la avenida de Lepanto y la estrecha calle Padre Plácido, la ronda parecía la única solución posible para sacar ese intenso tráfico del centro urbano. Tanto vehículo provocaba contaminación y molestias por el ruido, así como inseguridad para los peatones.
Sin embargo, ahora, en el nuevo Plan General que se ha sacado a exposición pública, la alternativa para liberar las calles del tráfico que viene de Xàbia y va a la urbanización de la Cumbre del Sol, Moraira o Teulada, es más sostenible. Se apuesta por viales de poco impacto, que eviten levantar grandes terraplenes y que se podrían desarrollar mediante gestión urbanística, lo que le ahorraría al ayuntamiento una millonada en expropiaciones. Uno de estos viales dejaría el Poble Nou a la derecha y absorbería el tráfico que va a la Cumbre (o a la cala del Moraig, que en verano se llena de bañistas y coches) y a Moraira, mientras que el otro, que rodearía el municipio por la izquierda, desviaría los coches que se dirigen a Teulada.
El nuevo PGOU dista del aire faraónico que tenía la anterior propuesta de planeamiento. Ahora el techo poblacional se sitúa en 7.000 habitantes mientras que el plan iniciado hace una década y que no se llegó a aprobar lo elevaba a 38.000 vecinos.
Con todo, sacar el tráfico del centro del Poble Nou sigue siendo urgente. Hay días en julio y agosto en los que es intensísimo. Unos 14.000 vehículos llegan a atravesar estas calles. En los semáforos del municipio se forman entonces largas colas. Benitatxell está en una encrucijada.
Otros municipios que también tienen pendiente sacar los coches de sus calles son Llíber (la travesía está regulada por semáforos dado que la calle es tan estrecha que no pueden cruzarse dos coches) y Benissa. El Ministerio de Fomento ha reactivado el proyecto de circunvalación de este último municipio. Y este sí es de envergadura: sube a 22 millones de euros y las expropiaciones afectan a 200 propietarios.
