Solo el nombre de la variedad de uva ya invita a fantasear, a imaginarse los caminos que recorrieron las simientes hasta llegar a la Marina Alta. El moscatel de Alejandría tiene historia. «He investigado durante diez meses para condensar en un plato todo aquello que hace tan especial esta uva», confiesa el maestro heladero de Xixona y bartender Santi Gómez. El Auditorio de Teulada-Moraira le encargó que se pusiera a la tarea de descifrar el código del moscatel. Gómez presentará mañana en Fitur una receta que destila la historia de una variedad que da para excelentes vinos y mistelas y que, desecada, se convierte en las maravillosas pasas. «Es un plato dulce y está impregnado de los elementos del moscatel, del viento de Llebeig, de la tierra, del paisaje, de los cambios térmicos...», explica el maestro heladero, que el pasado mes de septiembre, en el certamen de enoturismo Dolia, ya creó cinco helados de moscatel. «Ahora en el plato sólo hay un helado y todo lo que le acompañará tiene una historia muy especial», avanza. «Puedo decir que los cambios de temperatura le dan a este moscatel tonos florales de jazmín y azahar. Y hasta aquí puedo leer».

La receta es sorpresa. Gómez destaca la libertad que le ha dado el Auditorio de Teulada-Moraira. El plato se podrá degustar en Fitur.