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Tradiciones

Los últimos pescadores de erizos

Vicente Mata y Quico Serrat, dos veteranos marineros, capturan con el método sostenible del "asta" los "bogamarins"

Los últimos pescadores de erizos

La pesca artesanal del erizo de mar ( bogamarí, en Xàbia, y eriçó en Dénia, los dos pueblos donde este equinodermo marino es un manjar gastronómico) está en trance de desaparecer. Quedan muy pocos pescadores que manejan el asta y la corbella con destreza. En Dénia, ya hace tiempo que esta pesca tradicional se extinguió. Apenas se ven erizos en la costa de les Rotes. Mientras, en Xàbia, hay dos veteranos marineros que todavía tienen la paciencia infinita que requiera esta antigua técnica. Son Vicente Mata y Quico Serrat. «Quedamos nosotros. No hay relevo generacional», afirmó ayer Mata. «Lo que sí abundan son buceadores furtivos que arrasan el litoral», advirtió.

Estos dos marineros aprovecharon la mar seca de ayer. Cogieron dos docenas de erizos, una para cada uno. La pesca tradicional es sostenible. Mata y Serrat sólo capturan los ejemplares que ellos y sus familiares se van a comer ese día. Ni uno más.

Por contra, los submarinistas pueden sacar en una mañana cientos de erizos. Esa práctica, prohibida por el decreto que aprobó el Consell en 2005 para evitar que la especie quedara totalmente esquilmada, la persiguen en Xàbia la Policía Local y la Guardia Civil. A quienes pillan les levantan denuncia administrativa y les requisan el material de buceo.

Vicente Mata y Quico Serrat hacen erizos casi al lado del puerto. Acuden con la barquita auxiliar del pesquero Hermanos Mata a la costa rocosa del Primer Muntanyar. «Sí, aquí hay bastantes bogamarins. Se han recuperado», precisó Mata. «Pero en Els Pallers no quedan. Los buceadores van allí porque es un litoral más escondido», añadió el marinero xabienc. Els Pallers es el escarpado tramo de costa del Portitxol.

El día de ayer, de acusada bajamar (el Mediterráneo también tiene sus mareas), era ideal para pescar erizos. Las bajas presiones atmosféricas aplastaban la superficie marina, que de tan parada asemejaba un espejo. Es el fenómeno de la mar seca. El agua estaba transparente. Los erizos, negros y armados de púas, se veían con gran claridad. La técnica del asta (una pértiga con un gancho en uno de sus extremos) es para espíritus sosegados. Se pesca sin prisa y con mucho tino.

La temporada del erizo acabará en unos días. El decreto del Consell antes citado también estableció una veda que va de marzo a noviembre en la pesca tradicional (la única autorizada). Desde 2005, este equinodermo marino se ha regenerado. La veda resulta efectiva. Pero lo que está ahora en peligro es la pesca artesanal. Ver a Vicente y Quico en su barquita enfrascados en capturar con el asta los bogamarins es historia marinera. Son los últimos de su especie.

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