Dénia se convirtió el 4 de abril de 1612 en la sexta ciudad del Regne de València. Felipe III le otorgó un privilegio real en el que influyó de manera decisiva su valido, Francisco Gómez de Sandoval y Rojas, quinto marqués de Dénia y duque de Lerma. Comenzó una época de esplendor. El título, eso sí, hubo que pagarlo. El consejo municipal abonó 1.500 reales dado que el rey había concedido la gracia de hacer franco su sello. Se construyó el palacio que es hoy ayuntamiento, los conventos de Sant Antoni y las Agustinas, un silo de trigo, almacenes portuarios... En el castillo se levantó el renacentista Palau del Governador.
