La educación es un poco (sólo un poco) como la observación de la luna. Obsesiona explorar la cara oculta. Y no se levanta la vista para mirar la cara visible, que crece, mengua o se muestra en total plenitud. Todas las noches está ahí. La rutina lo eclipsa todo.

Maria Puig Granell se rebela contra la rutina. Su vocación es la enseñanza. Su pasión (una de muchas), la fotografía. Fue maestra de infantil durante 9 años en la escuela Graüll de Xàbia. En 2016, por cuestiones familiares, decidió volver a su pueblo, Corbera. Su nuevo colegio, el Ausiàs March de Albalat de la Ribera, le planteó retos desconocidos.

En su clase, un cuarto de primaria, abundaban las «conductas disruptivas y los conflictos». Un día, mientras explicaba las capas de la atmósfera, decidió bajar a sus alumnos de la troposfera y ayudarles a expresar las emociones.

En ese momento, nació «Revelant emocions», una unidad didáctica convertida ahora en libro. Maria Puig lo presentó el pasado domingo en el Cinema Jayan de Xàbia junto a la concejala de Educación, Montse Villaverde, y el maestro y fotógrafo Vicent Ferrer.

Esta maestra comenzó a leer neurociencia. Quería que sus alumnos entendieran sus emociones y las autorregularan. Pero los sentimientos son volátiles. Maria halló la forma de capturarlos. La fotografía atrapa el instante. Además, a sus alumnos de 9 años (como a todos) les chifla la imagen y la tecnología. Esta maestra quería que aprendieran a mirar, a enfocar, a expresar, a desarrollar empatía y valores y a trabajar en equipo. Decidió que la clase preparase una exposición fotográfica sobre las emociones.

Maria Puig explica en su libro esa renovadora experiencia educativa. Incide en la motivación de los estudiantes. Y plantea reflexionar sobre esas rutinas de la educación que son las evaluaciones y los exámenes.

En la presentación en Xàbia, subrayó que durante un trimestre trabajó los contenidos de valenciano, castellano, plástica, sociales y naturales a través de esta unidad didáctica. «Aparcamos los libros de texto para trabajar sesiones de fotografía y de emociones con el objetivo de preparar la exposición».

Maria llevó al mercado a sus alumnos a hacer fotografía social. También acudieron al IVAM. El fotógrafo Ricardo Carrillo fue al aula y mostró cámaras estenopeicas fabricadas por él mismo.

La maestra enlazó una actividad tras otra. La fotografía y las emociones les condujeron a la observación de la naturaleza, al teatro y a la literatura. Al fin y al cabo, todo es mirada. Mirada curiosa.

Todas esas experiencias (y más) están en «Revelant emocions». Maria también tiene un blog con ese mismo nombre. El libro lo ha autoeditado. Es muy personal (trata de emociones y la autora, claro está, también desvela las suyas). También propone actividades y reflexiones valiosísimas sobre la enseñanza. Es una herramienta tremendamente útil (y reveladora) para los docentes.

La próxima presentación tendrá lugar en Albalat de la Ribera, en el aula donde se gestó el proyecto y donde está la exposición fotográfica.

Y el 17 de mayo Maria Puig llevará su «Revelant emocions» a la biblioteca de Dénia. Le acompañará el fotógrafo y bibliotecario Francesc Català.