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Medio Ambiente

Detectan concentraciones de plomo contaminante en una senda del Montgó

Miles de perdigones, disparados desde el campo de tiro de Xàbia, se acumulan en el arranque del camino

Detectan concentraciones de plomo contaminante en una senda del Montgó

El Montgó tiene un problema de peso. Un problema de plomo. A los excursionistas ya no les pasa desapercibido que el inicio de la senda que baja desde les Planes de Xàbia a les Rotes de Dénia está alfombrado por miles de diminutas bolas. Son perdigones. En unos cien metros de la senda, hay fuertes concentraciones de este metal pesado contaminante. Sí, el plomo llega a un parque natural protegido. Los senderistas que han advertido a este diario de la presencia del plomo y han tomado fotografías precisaron también que la Unión Europea es categórica sobre los efectos nocivos de este metal. De hecho, ha realizado estudios (uno reciente lo encargó a la Agencia Europea de Productos Químicos) sobre la gran cantidad de plomo que se acumula en la naturaleza por los disparos de los cazadores. Esas elevadas concentraciones dañan el medio ambiente, ponen en peligro la fauna y también pueden ser perjudiciales para el ser humano.

En esta senda, la fuerte concentración de plomo salta a la vista. Los perdigones llegan de los disparos que se realizan en el campo de tiro de Xàbia. La valla que acota el amplio perímetro de protección de esta instalación está separada por unos diez metros de la senda. Pero las bolitas de la munición sobrepasan esa línea de seguridad y caen en el camino. Los excursionistas plantearon que, si el arranque de la senda ya está repleto de plomo, la zona vallada debe presentar concentraciones elevadísimas.

Los vecinos próximos al campo de tiro también han denunciado en más de una ocasión que a menudo «llueve» plomo sobre sus casas.

La actividad de los campos de tiro de Xàbia y Dénia está permitida en el Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN) del Montgó. Esta regulación, que se aprobó en 2002, sugiere, sin embargo, que hay que sacar del parque natural estas instalaciones y liberar así al Montgó de disparos y plomo.

Las detonaciones también sorprenden a los excursionistas que por primera vez caminan por esta senda y por la Plana. Pero lo de la montaña alfombrada de perdigones contaminantes es lo que les hace frotarse los ojos. No son cagarrutas de un pequeño animal, sino perdigones esparcidos por miles.

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