«Fortaleza». Ese es el título de la obra de Tardor Roselló que se ha colado en la selección de los cien mejores murales del mundo de 2021 que realiza la plataforma digital de arte urbano Street Art Cities. Solo han entrado 18 grafitis de España. El del joven artista Tardor Roselló juega con la naturaleza. La frondosidad del parque dianense de Torrecremada se mezcla con el dibujo. Tardor tiene una habilidad especial para interpretar el espacio, como ya demostró en el mural del cauce del río Alberca en Ondara que tituló «Atrapada en el tiempo».

El mural de Tardor Roselló juega con las madejas de ramas del parque de Torrecremada A. P. F.

«Fortaleza» es, sin duda, el mejor adjetivo para definir el momento del arte urbano (y rural) en la Marina Alta. El grafiti vive una época dorada. Y no sólo en Dénia, Ondara o Xàbia, sino también en los pequeños pueblos de interior. Senija y Benigembla son dos ejemplos notables de que el arte urbano tiene cancha en el mundo rural. El primer municipio ha creado el MOS (Museu Obert de Senija), un sorprendente recorrido por sus callejas en el que, de repente, aparece un mural que ayuda a entender la idiosincrasia del pueblo. Sí, los murales rurales se inspiran en la tradición y en el paisaje. El de las vecinas que sacan las sillas a la calle y toman el fresco y charlan es un homenaje a una tradición muy valenciana. Mientras, Benigembla ya lleva tres ediciones de su BIMAU (Benigembla Internacional Mostra d’Art Urbà) y las paredes se han llenado de vida. Un mural sorprendente es el del caballo de penetrante mirada.

Senija rinde homenaje a la tradición de sentarse en la calle, a la fresca, y charlar sosegadamente A. P. F.

Ese guiño rural es uno de los rasgos peculiares de los murales de la Marina Alta.

Mientras en Xàbia, el gran muralista Víctor Goikoetxea ya ha realizado dos obras magníficas. La última rinde homenaje a la gente de la mar. Su estilo es figurativo y realista. Y también muy poético. El mural de la Teuleria, en el que reivindicaba el viejo oficio del barro, deslumbró. La historia brota en las paredes y ayuda a entender la esencia de los pueblos.

El grafiti disuelve muros. La Marina Alta ya está en el mapa mundial de estas colosales formas artísticas. El furor del grafiti está cambiando la visión del espacio urbano. El arte toma las calles.

Detalle el mural de Víctor Goikoetxea en Xàbia: un homenaje a la gente de la mar A. P. F.