La playa de la grava de Xàbia ha ganado una anchura que casi no se recordaba. Las lluvias torrenciales de marzo provocaron la crecida de los ríos Gorgos y Girona. El primero llegó a desbordarse en el Pont del Llavador de Xàbia. Bajó con tanto ímpetu que arrastró gran cantidad de gravas. Esos sedimentos taponaron la desembocadura. El ayuntamiento los ha retirado y utilizado para regenerar la playa de la Grava, que ha ganado varios metros de ancho. Los ríos han recuperado su función esencial de aportar áridos al litoral.