Una nueva cuenta atrás. Los vecinos de la Marina Alta cuentan los días para que el «trenet» vuelva a Dénia (no hace todavía un mes que se reabrió el tramo de Teulada a Gata). Y ahora también hay que poner en marcha el contador de 12 meses para que esté terminado y entre en servicio el nuevo viaducto de Benissa, que supera el barranco del Quisi y cuyas obras cuestan nada menos que 9,8 millones de euros. Los trabajos ya han empezado. Ayer los visitaron la consellera de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad, Rebeca Torró, la gerente de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana, Anaïs Menguzzato, y el alcalde de Benissa, Arturo Poquet.
El nuevo puente estará junto al antiguo, el de 1915, un prodigio de ingeniería ferroviaria dado que es de los pocos viaductos que tienen, además del tablero, las pilas de metal. Es un bello mecano, un «icono» en el paisaje de Benissa, como destacó el alcalde.
El nuevo viaducto se construye aguas abajo del antiguo. Así, desde Benissa, no se pierde la perspectiva del puente centenario, que se convertirá en vía verde.
La consellera reiteró que el tren regresará a Dénia a finales de este año o principios del próximo y aseguró que los trenes pasarán en julio de 2023 por el nuevo puente, que será de hormigón y tendrá 370 metros, 200 más que el antiguo. Lo sostendrán siete pilas y dos estribos.
Ahora se están realizando los trabajos de cimentación. Los muros de piedra en seco que se han desmantelado se reconstruirán. Queda renovar otros dos puentes de esta línea de tren entre Benidorm y Dénia, el del Algar (se sustituirá por uno nuevo), y el del Mascarat, que se rehabilitará. Esta obra, dado que el desfiladero que separa las comarcas de la Marina Alta y la Marina Baixa es estrecho y afilado, resulta técnicamente muy compleja.
