Un vecino de Xàbia de 62 años murió la tarde del miércoles ahogado en la costa de acantilados de Ambolo. Bajó con dos amigos a la pesquera del Banc d’Ambolo (un saliente de roca desde el que antiguamente se pescaba). Se puso el bañador y le dijo a sus compañeros que iba a darse un chapuzón y a refrescarse. Incluso cogió una cuerda para luego poder volver a tierra con más facilidad. En este litoral hay una escalera de piscina para salir del mar, pero está serrada y es complicado encaramarse por ella. Este vecino, Rafa B., que era un buen nadador y conocía perfectamente las sendas y esta costa de acantilados, se lanzó al agua.

Sus compañeros esperaban que no tardase mucho en volver. Pero pasó el tiempo y comenzaron a alarmarse. Sobre las 20 horas, temiendo ya que a Rafa le hubiera pasado algo, avisaron a los servicios de emergencia. Acudieron en primer lugar las lanchas de la Cruz Roja y de la Policía Local. Iniciaron la búsqueda. Luego se sumaron la embarcación de Salvamento Marítimo y una patrullera de la Guardia Civil. Encontraron sobre las 22 horas el cadáver de este vecino. Pudo sufrir una indisposición. Se había bañado muchas veces en este litoral, que para él no tenía secretos.

Mientras, ayer fue un día tremendamente complicado en las calas de Xàbia. Los socorristas de la Cruz Roja izaron la bandera roja en las calas de la Barraca y de la Granadella. Rescataron a varios ocupantes de kayaks y tablas. El oleaje y la marea los empujaban mar adentro. Se pidió a las empresas de excursiones de kayak que las suspendieran.