La "casca", la alternativa valenciana al roscón de Reyes que va a más en la Marina Alta

La Pastisseria Diego de Xàbia, fundada en 1910, es uno de los obradores que elabora este dulce de boniato y almendra de origen árabe

Una «casca» elaborada en la histórica pastelería de Xàbia. | A. P. F.

Una «casca» elaborada en la histórica pastelería de Xàbia. | A. P. F. / alfons padilla. xàbia

Alfons Padilla

Alfons Padilla

El roscón de Reyes, repujado de frutas confitadas y bien relleno de nata o crema, es de hace cuatro días. El genuino dulce valenciano del día de los Magos de Oriente es la «casca». El roscón es pomposo. La «casca», de humilde apariencia, es sabor con historia. Este rosco de mazapán de almendra molida y boniato tiene, como la mayoría de los dulces tradicionales valencianos y de la Marina Alta, origen andalusí y está por ello emparentado con los «pastissets de metla» y de boniato.

En la Marina Alta, la «casca» ha sobrevivido y ahora va a más. Cada vez más familias se apuntan a degustar este dulce y dejarse de roscón. Uno de los obradores que siguió elaborando la «casca» en esos años en los que parecía condenada a desaparecer es la Pastissería Diego de Xàbia, fundada en 1910 y que ya está vendiendo estos mazapanes. Cada horno les da su toque peculiar. Aquí están totalmente cubiertos de azúcar glaseada.

La «casca» era el regalo que recibían los niños y niñas de la Marina Alta el día de Reyes antes de que se pusieran de moda los juguetes. Los más pequeños soñaban con hincarle el diente a esta golosina. Iba dentro de una caja que también contenía caramelos, garrapiñadas y chocolatinas.

Esta histórica pastelería de Xàbia elabora cada año más «casques». Es una golosa tradición que resurge. Hay, además, un villancico de la Marina Alta que alude a este dulce: «Senyor Rei, jo sóc ací; la palla i garrofes pel seu rossí, i els dolços i la casca per a mi».

Este dulce evoca una Navidad más austera en la que el mejor regalo era echarse a la boca un trozo de este confite con historia.