Sabotaje en Llíber: la Guardia Civil precinta las excavadoras calcinadas y recoge huellas

La promotora pone vigilancia privada por las noches en los terrenos del PAI de 488 casas tras el ataque que acabó con tres maquinas calcinadas y un camión muy dañado

Máquina calcinada y ahora precintada por la Guardia Civil

Máquina calcinada y ahora precintada por la Guardia Civil / A. P. F.

Alfons Padilla

Alfons Padilla

La investigación ya está en marcha. La promotora VAPF, que ha iniciado las obras de un PAI de 488 casas en Llíber, presentó ayer la denuncia en la Guardia Civil. Esta mañana especialistas de la Policía Científica han buscado huellas en las tres retroexcavadoras saboteadas (los atacantes les prendieron fuego) y en el camión también dañado (intentaron también incendiarlo y cortaron cables del motor y llenaron con arena el depósito de combustible).

Los agentes también han precintado esa maquinaria pesada. El precinto persigue que no se puedan alterar pruebas ni borrar indicios que permitan identificar a los saboteadores.

Una patrulla de la Guardia Civil recorre uno de los caminos de acceso

Una patrulla de la Guardia Civil recorre uno de los caminos de acceso / A. P. F.

La Guardia Civil también ha estado recorriendo los accesos a la ladera donde la promotora acababa de empezar las obras de apertura de viales. Hay dos accesos. Son caminos de tierra con tramos de bastante pendiente.

La empresa colocó al iniciar los trabajos vallas de metal con carteles de "propiedad privada; prohibido el paso". No es un cierre total. La mercantil sabe que los caminos que se abrieron hace más de 20 años los utilizan los fines de semana senderistas y aficionados a la bicicleta de montaña. De hecho, conectan con las sendas y caminos que llevan a la Solana, a Pinos y a Bèrnia, en Benissa.

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Las obras que se iniciaron hace dos décadas dejaron las estructuras de varios chalés de una arquitectura de inspiración árabe que ahora se ve un punto extravagante.

La empresa también ha reforzado la seguridad. Ha contratado a vigilantes privados que hacen guardia de 19 horas a 7 de la mañana.

El sabotaje se produjo cuando faltaban pocos minutos para la medianoche de este martes. Sus autores forzaron las puertas de las cabinas de las retroexcavadoras y los cierres del motor. Echaron gasolina y prendieron fuego. Cundió la alarma. Al principio, se temió que estuviese ardiendo la montaña de El Collado (hay densas pinadas). Luego, cuando se supo que estaban ardiendo tres máquinas, los vecinos temieron que las llamas se propagasen a la masa forestal. Los bomberos lo evitaron.

Otra de las máquinas a las que se prendió fuego y que ahora está precintada

Otra de las máquinas a las que se prendió fuego y que ahora está precintada / A. P. F.

El PAI Medina de Llíber ha desatado rechazo. Se ha creado una plataforma que está recogiendo firmas y que ha logrado que expertos y profesores de universidad avalaran un manifiesto que incide en que este proyecto se basa en la ya superada "dinámica especulativa", rompe una unidad de paisaje homogénea (la de la ladera sudeste que cierra el valle agrícola de viñedos de la Vall de Pop) y es insostenible. Llíber es un pueblo de mil habitantes (hay una importante colonia de residentes extranjeros) y construir 488 casas de golpe puede suponer doblar rápidamente la población.

Sin embargo, la promotora siempre ha insistido en que no se puede condenar a crecimiento cero a los pueblos de la Marina Alta que no han participado del "boom" turístico.

Valla y cartel de prohibido el paso a la ladera donde la empresa ha iniciado las obras del PAI

Valla y cartel de prohibido el paso a la ladera donde la empresa ha iniciado las obras del PAI / A. P. F.

La empresa ha replicado que ha adaptado el PAI a los nuevos tiempos, que los chalés estarán integrados en el paisaje y que se creará un ecohuerto y se destinarán terrenos al cultivo de olivos y vid. El proyecto abraza 406.213 metros cuadrados.

El valle agrícola y, al fondo, el núcleo de Llíber, en una imagen tomada desde los terrenos del PAI

El valle agrícola y, al fondo, el núcleo de Llíber, en una imagen tomada desde los terrenos incluidos en el PAI / A. P. F.

Mientras, el futuro del PAI también se dirime en los tribunales. Un juez dictó el pasado 28 de junio la suspensión cautelar de las obras del colector de alcantarillado. Los demandantes, Compromís y la plataforma de Llíber vinculada a los valencianistas, consideran que esa medida cautelar es aplicable a todas las obras de urbanización. La empresa discrepa y, de hecho, había iniciado las obras de abrir viales, obras ahora paralizadas a la fuerza tras el sabotaje de la maquinaria.

Otro contencioso es sobre la legalidad o no de la licencia. Compromís considera que ya no es válida y asegura que no se han cumplido los trámites ambientales.

La empresa ha sugerido que el ataque de la medianoche del martes es "terrorismo". Advierte de que días atrás ya había "individuos" merodeando y tratando de amedrentar a los trabajadores. Afirma que grababan vídeos de los operarios y luego los subían a las redes sociales.