Hueco para nuevos chalés en la Granadella de Xàbia

Construcción sin techo, construcción sin suelo. El urbanismo no toca techo en Xàbia. Es un sector, sobre todo el de los chalés de lujo, aquellos que se venden por más de un millón de euros, que ni siquiera ha declinado en los años de la «crisis del ladrillo». El único nubarrón es el de la falta de suelo. Las promotoras buscan terrenos en los acantilados. Se cotizan esos huecos urbanizables que se asoman al abismo. El suelo es, claro, finito. En Xàbia, sin embargo, si no hay suelo, se inventa.

Este segmento de los chalés de lujo y de moderna arquitectura encuentra terreno donde, a priori, no lo hay. Cuando el territorio parece agotado, aparece la piqueta y demuele un «viejo» chalé para crear espacio para construir una nueva novísima vivienda.

Ha ocurrido ahora en la Granadella. Las máquinas han demolido un chalé de los años 80. Tampoco es que tuviera tantos años. No obstante, en los acantilados de Xàbia, viviendas con 40 años son ya antiguallas. Las promotoras quieren chalés impactantes.

Esta parcela corona la calle Pic Tort, que es la que sube en zigzag desde la cala de la Granadella. Las vistas son impresionantes. Allá abajo está la famosa cala. Desde el futuro chalé, se atisbará la ladera virgen de la montaña pública de la Granadella.

En este escarpado litoral de Xàbia, esa práctica de comprar chalés para tirarlos y levantar modernísimas viviendas no decae. Al contrario, va a más.

Ya no hay suelo sin construir. Pero el negocio de los chalés de lujo es tan potente que a las promotoras les sale rentable adquirir viviendas de 40 y 50 años para borrarlas del mapa.