Abortan el primer intento de subir la "Grossa", la campana de 1.450 kilos, a la torre de la iglesia de Xàbia

Ha habido problemas con la grúa y se ha decidido cambiar la estrategia: se subirán primero los otros tres bronces más pequeños

La campana se ha quedado a nada de entrar en la torre antes de que la grúa se bloqueara

La campana se ha quedado a nada de entrar en la torre antes de que la grúa se bloqueara / A. P. F.

Alfons Padilla

Alfons Padilla

Nadie dijo que sería llegar y besar el santo. La operación se presumía complicada. Así ha sido. Después de un fin de semana de gloria con el regreso de las cuatro campanas de Xàbia restauradas, hoy ha habido una pequeña decepción. Se ha intentado subir primero la gran campana, la "Grossa" o "Bertomeua", que pesa 1.450 kilos sin contar el yugo de madera. Es puro bronce. Todo parecía que iba bien. Los vecinos se preguntaban, desde abajo, qué estrategia seguirían los técnicos. La grúa ha elevado la campana. Ha llegado a estar a un metro del lucernario de la torre gótica por el que se debe introducir. Pero la grúa ha dicho basta. Se ha bloqueado.

Los técnicos han decidido abortar este primer intento. Han bajado la campana. Rozaba el cielo y ha habido que volver atrás.

El párroco de Sant Bertomeu, Juan Antonio Navarro, ha explicado que la campana, tras volverse a pesar con precisión ahora que se ha restaurado, tenía más kilos de los que se le presumían. Se pensaba que pesaba 1.331 kilos. Pues no. Llega a los 1.450. Y sin contar el voluminoso yugo de madera. Es una señora campana.

Los expertos han decidido cambiar de estrategia. Subirán primero las otras tres campanas, la Victòria, la Sebastiana y la Maria. Son más pequeñas y la operación no entraña tanta dificultad. De hecho, lo primero que se ha subido a lo alto de la torre de la iglesia gótica de Sant Bertomeu con la grúa han sido diversos materiales. No ha habido problemas. La grúa los ha izado como si fueran una pluma.

Las anécdotas hacen más memorable el hito histórico

Nadie dijo que sería sencillo. Ahora vuelta a empezar. Hay que armarse de paciencia. Vale la pena. Las campanas han concitado este fin de semana un enorme interés. La iglesia gótica refuerza su valor artístico, histórico y cultural. Es una de las joyas del gótico valenciano. Está declarada BIC y, en 1931, el entonces Gobierno de la República ya le dio el título de monumento histórico-artístico. Y la historia también se escribe con algún pequeño chasco. Las anécdotas hacen todavía más memorable la restauración de las campanas.