Pioneras de la radio en Dénia: tomaron la palabra y abrieron el camino hacia la igualdad

Cuando Gabriel Celaya escribió que "la poesía es un arma cargada de futuro" dijo también que las palabras "vuelan" y "son gritos en el cielo y, en la tierra, son actos". La palabra estaba cargada de futuro y llevaba ya dentro la semilla del feminismo cuando María Marsal se puso en 1933 delante del micrófono. Ellas, las pioneras de la radio, tomaron la palabra y abrieron un camino (largo larguísimo, eso sí) hacia la igualdad.

Dénia ha reconocido hoy a sus primeras locutoras de radio. Quizá ni ellas mismas eran muy conscientes de la rebeldía de romper las "engoladas y autoritarias" voces masculinas y disentir. Sus voces llegaban claras a las casas, allí donde otras mujeres sufrían la discriminación y la supeditación al hombre. Y nacía una complicidad. Las locutoras, las trabajadoras de la radio y la palabra, rompían barreras y prejuicios. "En un tiempo en el que las voces de las mujeres estaban silenciadas, reprimidas y hasta represaliadas, ellas fueron pioneras y abrieron el camino del feminismo y la igualdad", ha destacado el concejal de Igualdad, Javier Scotto. "Dénia tiene voz de mujer. La historia de nuestra ciudad es la historia de las mujeres", ha añadido.

Las dos locutoras que han recibido la distinción ("homenaje" es una palabra con fuerte connotación masculina) han sido Ana Albarracín y Marisa Ferrándiz. Ellas han representado a María Marsal, Amparo Marsal, Pepita Cabrera, Paquita Ribes, Manolita Marco, Rosita Oltra, Conchita Alemany, Rosa Pastor, Maite Marzá, Alicia Salort e Inmaculada Hernández.

El acto ha cuidado todos los detalles. Lo ha presentado Miriam Pagán, jefa de informativos de Dénia FM, la misma emisora en la que en 1933 María Marsal abrió un camino. Al escenario, han subido las actuales locutoras de radio en la ciudad. Ellas han confesado que las pioneras han sido referentes y que les han inoculado la pasión por la radio. Mientras, el grupo Menta ha interpretado boleros inmortales que dieron fama a cantantes, pero que compusieron mujeres (María Teresa Vela o María Grever). Esa música también sonaba en aquellos primeros años de la radio. El talento de las mujeres se invisibilizaba.

El alcalde, Vicent Grimalt, ha recordado a las locutoras de Afganistán, Palestina o Ucrania que se juegan doblemente la vida, por ser mujeres y por ejercer su oficio en territorios en guerra.

Marisa Ferrándiz ha recordado que su padre se encerraba para escuchar "la Pirenaica". Era un gesto clandestino de libertad en aquellos tiempos de la dictadura franquista. "Mi padre me decía: 'calla, calla'". Pero Marisa no calló, sino que luego decidió trabajar de locutora.

Ha afirmado también que compaginar "un oficio tan absorbente con la familia era muy difícil". Estas mujeres se rebelaron contra el machismo de la sociedad y de los medios de comunicación en el franquismo y la transición.

"La escuela para la igualdad"

Mientras, Ana Albarracín, una locutora de informativos rigurosa y con un fino sentido del humor, ha lanzado un mensaje de plena vigencia: "La mejor escuela para la igualdad es nuestra casa". Sí, en los hogares, en la intimidad doméstica, sigue habiendo mucho machismo y fuertes desigualdades. Cuando las casas sean igualitarias, se habrá avanzado muchísimo.