La pionera «bolillotuber» valenciana que triunfa en todo el mundo

Raquel Marí abrió el primer tutorial en la red de encaje de bolillos tras dejar su trabajo de profesora

La 'bolillotuber', pionera del encaje de bolillos en la red que triunfa en varios países

La 'bolillotuber', pionera del encaje de bolillos en la red que triunfa en varios países / EFE

Antonio Martín / EFE

Raquel Marí Adsuar decidió hace siete años aparcar su profesión de profesora de piano y violín para abrir el primer tutorial en YouTube que enseña a hacer encaje de bolillos, y desde entonces se ha reconvertido en la única y auténtica ‘bolillotuber’, con casi 43.000 suscriptores de varios países en un canal donde ha colgado más de 1.100 vídeos. Tal ha sido el éxito de esta mujer de 43 años de Dénia que Google le ofreció comprarle ese apodo que ella había registrado previamente en la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM), y ante la negativa de ésta a negociar, la multinacional la llevó a un juicio que finalmente ganó Raquel para seguir siendo la legítima ‘bolillotuber’.

Marí Adsuar relata que, además del dueño de YouTube, varias personas han intentado apropiarse de su marca, por la que es conocida entre amantes del encaje de bolillos de España, principalmente, aunque también de Italia, Francia, México, Estados Unidos, Puerto Rico, Argentina, Colombia, Brasil y Panamá.

De hecho, en éste último país el traje regional es la ‘pollera’, un conjunto de faldas y vestidos con elaborados adornos realizados en su mayoría con encaje de bolillos y puntillas, y los vídeos subidos por la ‘bolillotuber’ tiene gran éxito.

Madre de un niño de tres años y medio, Raquel afirma sentirse «un poco friki» ya que había cursado la carrera de piano y violín en el conservatorio de Óscar Esplá de Alicante y tenía una academia de música en Dénia, en la que se ganaba la vida dando clases, cuando un día hace 12 años fue a casa de una amiga y, en un rincón, descubrió «un bolillero». «Era un miércoles y al día siguiente ya me había comprado otro bolillero y el material necesario. Fui con la amiga a sus clases y ya empecé», sabiendo interiormente que era un paso importante en su vida, hasta el punto que le pidió a su entonces pareja que le hiciera una foto «porque sabía que me iba a gustar». «Y ahí la tengo», ha dicho en referencia a una imagen de junio de 2012 y que refleja «la primera vez con unos bolillos en la mano» antes de la clase con su primera maestra, Margarita, a quien pronto le pidió más lecciones particulares porque «aprendía rápido» y sentía la necesidad imperiosa de avanzar.

Por aquel entonces compatibilizaba esa vocación con su faceta de profesora aunque ya había abierto un canal en YouTube para enseñar los bolillos. Hace siete años en la fábrica de Alzira donde compra los hilos, una amiga le comentó que la conocían más por el encaje que por el violín y le animó a abrir una tienda en línea para vender los materiales que usaba en lecciones tutoriales.

«Un mes después tuve que cerrar la academia porque no daba abasto», recuerda la ‘bolillotuber’, quien a partir de ahí se dedica a la venta de los bolillos, agujas, bolilleros, hilos, sedas, algodón, lino y otros artículos relacionados que utiliza en los mismos vídeos y tutoriales en directo donde hace desde pañuelos hasta abanicos pasando por ligas, artículos de joyería y decoración, así como encaje en 3D.

Recomienda a todos descubrir el mundo de la «bolilloterapia», una «auténtica filosofía de vida» que proporciona «relax» y una «limpieza psicológica espectacular» porque al hacer encaje de bolillos «no se puede pensar en otra cosa».

Está convencida de que el encaje de bolillos está «en auge» como lo refleja el éxito de sus clases online. «Empecé con los directos durante el confinamiento de la pandemia, cuando la gente estaba deprimida en casa», y a partir de ahí se multiplicó el número de seguidores de este «mundo apasionante» que Raquel Marí Adsuar intenta cada día compartir con sus seguidores «con mucha ilusión». 

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