El descontrol de la pesca recreativa aboca a la desaparición a las últimas barcas artesanales de la Marina Alta

Las 12 embarcaciones tradicionales que quedan en Dénia, Xàbia y Moraira sufren la intromisión y los desmanes de una actividad disfrazada de «hobby»

"Nuestra situación es crítica; nos están matando", denuncia Pepe Serrat, vicepresidente de la Cofradía de Xàbia

Los últimos pescadores artesanales de la Marina Alta, ayer, en el puerto de Xàbia.

Los últimos pescadores artesanales de la Marina Alta, ayer, en el puerto de Xàbia. / A. P. F.

Alfons Padilla

Alfons Padilla

Ellos también están en peligro de extinción. Los últimos pescadores artesanales de la Marina Alta (seis embarcaciones de Dénia, tres de Xàbia y tres de Moraira) afirman que este último golpe es ya mortal. Mantienen vivo un oficio tradicional amenazado por la falta de relevo generacional. Luchan contra mil trámites administrativos (la burocracia los ahoga) y ahora ha surgido una competencia desleal y «desbocada» que ya les da la puntilla, el golpe de gracia. «Quedamos 12 embarcaciones artesanales. Pero estamos condenados a desaparecer. Seguramente en 5 años ya no habrá ninguna», advierte Pepe Serrat, vicepresidente de la Cofradía de Pescadores de Xàbia y quien, a sus 35 años, es el pescador artesanal más joven de la comarca. Tras él, no queda nada. Serrat denuncia junto a sus compañeros en este castigadísimo sector tradicional (esencial, eso sí, para la gastronomía de calidad y para el turismo que quiere ser sostenible) que, mientras que ellos ejercen una pesca responsable, ancestral y respetuosa con las vedas, las reservas marinas y la biodiversidad, la pesca recreativa campa a sus anchas. Todo el monte (el mar) es orégano para una actividad disfrazada de «hobby».

Los pescadores tradicionales advierten de que el descontrol de la pesca recreativa los aboca a desaparecer. Ahora, para colmo, cobra fuerza el negocio de los charter náuticos (alquiler) de pesca. Hay limitaciones, como que no se puede usar cebo vivo, pero, según los marineros artesanales, no se cumplen. Aseguran que algunos pescadores recreativos lo que hacen es enmascarar la pesca furtiva.

La Guardia Civil, sin medios

Pepe Serrat afirma que se sabe quiénes practican esta pesca ilegal (incluso suben las fotos a instagram) y qué restaurantes les compran las capturas. Pero no hay control. La Guardia Civil dispone de una patrullera para todo el litoral de Alicante y, cuando los marineros preguntan que por qué no persiguen a los furtivos, los agentes les confiesan que no tienen medios.

«Esa presión de la pesca recreativa nos está matando. Esas barcas salen a pescar de lunes a domingo. Eso no es un ‘hobby’».

Estos marineros aseguran que esos aficionados a tirar la caña incluso acuden a reservas y áreas marinas protegidas y de interés pesquero donde tienen prohibido realizar capturas como la Roca dels Feliu, un promontorio marino de gran riqueza biológica.

También advierten de que hay una gran gama de embarcaciones que salen a por especies de gran valor y que están amenazadas (el mero, por ejemplo). También interfieren el ciclo de reproducción del pulpo. Esta pesca supuestamente recreativa se hace desde kayaks (algunos equipados con 5 y 6 cañas de pescar), lanchas, embarcaciones neumáticas y también la realizan submarinistas.

Este grito desesperado para salvar un sector que es historia de la Marina Alta lo lanzan en la Cofradía de Xàbia Michel, de la embarcación "Zeus" y Pedro, del "Punta Molins" (Dénia); Pepe Serrat, del "Chatet II", y Pepe Serrat, del "David" (Xàbia), y Diego Noguera Sapena, del "Nueva Villa de Moraira", Miguel Soler Delgado, del "Nou Sirera", y Juan Diego Noguera, del "Diego y María" (Moraira).

Daño y arrogancia de la pesca sin control

La pesca artesanal declina, está a nada de desaparecer. Pepe Serrat también denuncia la arrogancia de esos pescadores recreativos que se meten en los aparejos y palangres tradicionales y que, cuando los marineros se lo advierten, les espetan: "Tú no me vas a decir a mí lo que tengo que pescar". "Nosotros cumplimos las normas y somos sostenibles y luego nos toca aguantar todo esto", denuncia, al tiempo que avisa de que esa pesca sin control sí que esquilma especies vulnerables y de gran valor, le hace un gran daño al medio marino y arruina la sostenibilidad y el futuro de un sector histórico y que también forma parte del patrimonio cultural de la Marina Alta.