Entre las iniciativas que se han llevando a cabo destaca la plantación de más de un centenar de Thalictrum Maritimum, una especie catalogada de «vulnerable» en la Comunitat Valenciana, muy presente en los marjales, que motivó la protección de la zona por parte de la Conselleria de Medio Ambiente.

Tres voluntarias internacionales, dentro del programa medioambiental que Agró está desarrollando en la Casa Penya han co laborado en esta plantación, dos estudiantes alemanas y una taiwanesa. La repoblación se ha llevado a cabo gracias a las semillas de los ejemplares de la microrreserva que han ayudad a reforzar la población de esta especie en la zona. «El objetivo es aumentar la plantación de esta especie vulnerable», acciones éstas que también se han realizado en otros lugares de la marjal y que han dado excelentes resultados ya que el humedal de Almenara ha pasado de 130 ejemplares a miles en tan solo quince años.

En este caso, Agró ha contado con la colaboración del Ayuntamiento de Benavites, cuyo alcalde, Carlos Gil, avanzaba su predisposición y su «compromiso a mejorar el entorno», declaraba a Levante-EMV.

En este sentido, no solo ha facilitado la replantación sino que además está dispuesto a poner en valor la zona de la Closa y para ello ha anunciado el derribo de varias casas de aperos y almacenes en mal estado, que ademas de suponer un peligro por su estado ruino, afean el paisaje por su gran impacto visual, explicaba.

El derribo tenía previsto realizarse este verano, pero la cantidad de avisperos lo han hecho «imposible» , explicaba el mandatario, por «lo que hemos decidido aplazarlo al invierno», afirmaba Gil.«Se trata de tres casas de entre cuatro y cinco metros cuadrados «invadidas de vegetación y suciedad con peligro de derrumbe, que hay que demoler», añadía.

Por otro lado, desde Acció Ecologista Agró también han solicitado al ayuntamiento que arregle el edificio de la turbina de la Closa, incluso los ecologistas esta dispuesto a hacerlo si el consistorio no puede. «Les hemos dicho que estamos dispuestos a hacerlo nosotros»., aseguraban.

Sin embargo, Gil explicaba que ese edificio junto a otros en la zona pertenecen a la sociedad agraria, pero que aún así «el ayuntamiento hará de intermediario e intercederá para garantizar la memoria del entorno», terminaba el alcalde.