Ambas organizaciones advierten de que este tipo de delitos agrarios se ha disparado con tal grado de intensidad e impunidad que está poniendo en peligro la viabilidad económica de numerosas explotaciones y, en última instancia, amenaza el crecimiento de una alternativa de cultivo atractiva.

Los primeros robos se detectaron hace dos semanas con el inicio de la campaña de recolección de las variedades más tempranas de aguacate. Tras estos hurtos, varios agricultores denunciaron la puesta a la venta de aguacates supuestamente robados en fruterías y mercados locales como el de Canet d'En Berenguer.

El resultado de la investigación de un grupo Roca de la Guardia Civil fue la interceptación de un lote etiquetado como variedad Lamb Hass que no contaba con la documentación requerida para avalar su trazabilidad.