La hostelería del Camp de Morvedre se debate entre el desánimo y la responsabilidad social. No obstante, diversos locales de restauración de les Valls han denunciado la situación perentoria a la que se ven arrojados. «Justo hoy hemos tenido que pagar impuestos como el IRPF o el IVA y lo hacemos con el anuncio del cierre inminente de nuestras puertas. Se nos culpabiliza del incremento de contagios y esta acusación es totalmente injusta. Nosotros somos los más interesados en velar por nuestros clientes y hemos cumplido estrictamente la normativa covid», según comenta la gerente del Café Bar la Mutual de Benifairó de les Valls.

Los administradores de este local de restauración se muestran indefensos y sumamente vulnerables ante las decisiones administrativas. «No entiendo por qué pueden abrir los centros comerciales o la gente puede viajar en metro o en autobús, pero a nosotros se nos impide trabajar. En nuestros locales desinfectamos cada vez que accede y sale un cliente, extremamos al máximo la distancia personal y ventilamos el espacio constantemente. La decisión de cerrar la hostelería atenta contra nuestra subsistencia» añadían.

Según los gerentes de dicho local, ya en el primer confinamiento total de la población se les cerró el restaurante con las cámaras llenas y las cocinas aprovisionadas para el fin de semana. Ahora tras limitar el horario de apertura se llega a un cierre total que consideran injusto. «Desde que pudimos alzar la persiana, hemos tenido que despedir a camareras y han quedado atrás muchos otros proveedores. Sinceramente es una decisión injusta. Si quieren cerrar que nos confinen a todos porque los culpables de la pandemia no somos los restauradores. Nos están hundiendo».

Por su parte, los comercios de hostelería asociados en VallsComerç han manifestado su comprensión ante la medida y, a pesar de lamentar y considerar la compleja situación en que quedan bares y restaurantes, la consideran necesaria. «A pesar de que a muchos de nosotros nos costará salir de esta situación, consideramos que cerrar los locales evitará el contacto social y con ello la posibilidad de propagación. Es cierto que nosotros extremamos el cuidado de la normativa y cumplimos escrupulosamente las exigencias sanitarias, pero en ocasiones vemos cómo los clientes se relajan», según Vicent Chordá desde VallsComerç.

Obligados a reconvertirse

En este sentido los comerciantes de les Valls han querido destacar la dificultad que atraviesa el sector y esencialmente la restauración, que se ha visto abocada a reconvertirse a las nuevas circunstancias. «Muchos hemos lanzado servicios a domicilio, otros han optado por cerrar hasta febrero e incluso muchos encaran ahora la posibilidad de iniciar la entrega a casa. Es sumamente difícil, pero ante todo velamos por la salud», añade Chordá. La asociación de comercios de les Valls incide en la complejidad del momento ya que los costes fijos de los locales persisten a pesar del virus. «Alquileres, impuestos y demás no se paralizan. Estamos obligados a pagar. Por ello esperamos que se hagan efectivas las ayudas anunciadas. Este trámite debería ser ágil y eficaz de modo que no se nos complicara todavía más la situación. Ahora nos queda esperar que lleguen las ayudas y que esto pase cuanto antes».