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Viaje en el tiempo a la escuela del pasado

Benifairó de les Valls preserva intactos numerosos vestigios de la labor educativa realizada en su palacio señorial desde principios del siglo XX

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Viaje en el tiempo a la escuela del pasado en Benifairó. Daniel Tortajada

Benifairó de les Valls mira el futuro sin olvidar sus raíces; tanto es así que uno de sus edificios más emblemáticos, un palacio del siglo XVII, fue durante décadas el faro de la educación local y aún guarda en él, intactos, numerosos vestigios de aquella enseñanza. Sin embargo, éste no es único espacio donde aún late en la localidad la escuela del pasado, pues la Casa Museo Perentoni impulsada por la investigadora María Vicenta Pérez Salvador alberga mobiliario y documentación de la reconocida «academia» que funcionaba hace ya varias décadas.

Esta primera nave formativa instalada en la Torre Norte del Palau Vives de Canyamàs sirvió de impulso a numerosos bachilleres de los años 50, 60 y 70. «En este espacio nos formamos gran parte de los vecinos de les Valls y las alquerías de esta subcomarca. En la academia se cursaba primera y segunda enseñanza, se nos preparaba para las etapas posteriores», apuntaba la investigadora María Vicenta Pérez.

La Casa Museo Perentoni acoge numerosos documentos en los que se constata la labor desarrollada por el Colegio-Academia San Gil de Benifairó de les Valls. La conocida popularmente como «Academia» arrancó su camino en 1958 bajo la dirección de Pedro Catalá junto a la licenciada Milagros Prades. «A pesar que el director era Pedro Catalá, la titular de la academia era su esposa ya que era la que tenía el título de graduada», añadía Pérez. Allí se ofreció formación desde 1958 hasta 1972 ya que el impulso de la Ley General de Enseñanza Básica EGB en 1970 articuló notables cambios en el sistema educativo del momento.

Con todo, la función instructiva de este espacio ha quedado en la memoria de numerosos vecinos de la Vall de Segó que recuerdan con cierto entusiasmo su paso por aquel espacio formativo tan singular. Las paredes del Palau albergan, todavía hoy, los encerados y carteles con los que se explicaron numerosas lecciones de geografía, matemáticas o castellano durante años. Entre los vestigios que atestiguan el paso de los educandos por la academia destacan los pupitres, algunos recuperados por María Vicenta Pérez. «Los vecinos de les Valls que pasan por el museo Perentoni suelen detenerse ante los pupitres ya que suelen despertar conexiones entre los adultos y los niños. Las formas de participar en una institución educativa son siempre simbólicas», añadía la investigadora.

El mobiliario, las enciclopedias empleadas por los colegiales así como las indicaciones recogidas en publicaciones especiales para la formación del espíritu nacional o la instrucción de la mujer son elementos que preserva el museo y que rememoran las décadas de formación en una institución que desplegó su labor en los años de consolidación de la dictadura franquista.

Labor pedagógica desde 1905

Sin embargo, el Palau Vives Canyamàs se erigió anteriormente como faro pedagógico de les Valls de la mano de las Terciarias Capuchinas que desplegaron su labor desde 1905 hasta 1936 logrando que las mujeres de esa época aprendieran a firmar, leer y escribir; todo un legado del que también guarda documentación el interesante museo particular.

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