Varios imprevistos dejan incompleto el desmantelamiento del Pantalán

Los imprevistos en el desmantelamiento de emergencia del tablero del Pantalán del Port de Sagunt han dejado la obra inacabada. Así lo confirma la Autoridad Portuaria de València (APV) en palabras a Levante-EMV, en las que también reconoce que del contrato de algo más de 5 millones de euros que se adjudicó a Sacyr Construcciones "todavía quedan muchos trabajos pendientes por desarrollar".

La finalización de las intervenciones previstas hubiera supuesto multiplicar el gasto de 5 millones

Fundamentalmente hay tres cuestiones que la empresa no ha podido abordar, porque había información, según defiende, que "no pudo ser conocida en el momento que elaboró su oferta" hasta el punto de que "la realidad de la situación obliga a rediseñar las soluciones y revaluar los procedimientos de trabajo". En cualquier caso, los trabajos ejecutados "han sido suficientes para eliminar el grave riesgo que motivó la tramitación de emergencia", por lo que las obras pendientes se contratarán a través de otro procedimiento.

Elementos sumergidos

La primera de estas intervenciones sin ejecutar es la retirada de los restos que se encuentran en el lecho marino, después de los sucesivos derrumbes que justificaron el desmantelamiento de la infraestructura. Según Sacyr, al presentar su oferta no tenía los detalles del estado y posicionamiento de los elementos sumergidos, además de que, ya con los trabajos en marcha, en febrero de este año se produjo el desprendimiento de otros dos tramos del antiguo embarcadero de minerales.

Hasta la investigación con buzos hace unos meses no se constató "la existencia de cabeceros erosionados con su armado expuesto, tableros atravesados por tubos metálicos, tableros disgregados y vigas desmembradas que hacen peligrosa la retirada del modo previsto". Así, la propuesta para emerger estas piezas pasa ahora por "el corte y la separación previo de los tableros en piezas de menor tamaño para posteriormente, con técnicas de reflote, utilizando globos y otros dispositivos, proceder a la extracción fragmento por fragmento. La alternativa, muy costosa, no está exenta de riesgos, y es por ello que se plantea la posibilidad de restudio pormenorizado futuro de manera que se pueda garantizar su ejecución en condiciones plenas de seguridad".

Último tramo

Una segunda cuestión que no se pudo abordar fue el desmantelamiento del tablero del último tramo de 270 metros de longitud, que estaba previsto realizarse mediante cortes transversales y la retirada de bloques de 480 metros cuadrados. Sin embargo, estas piezas "son demasiado grandes y pesadas" e, incluso "en condiciones meteorológicas favorables", la seguridad "se vería comprometida" debido a las "oscilaciones que provoca el oleaje combinadas con el viento". Los movimientos, además, harían "dudosa" la viabilidad de estos cortes, "sin constantes averías y atascos, con los riesgos que eso conlleva", teniendo en cuenta, además, que "no hay margen ni de asistencia ni de marcha atrás frente a cualquier contingencia grave".

La solución alternativa, que ya se probó con éxito en un tramo de prueba, es manejar piezas de mucho menor tamaño, pero la necesidad de estructuras y medios auxiliares, además de más tiempo para su ejecución hacen que "las estimaciones de costes multipliquen varias veces lo contratado". Otra justificación para realizar estos trabajos a través de otro procedimiento es que "la probabilidad de cruce de embarcaciones bajo este tramo es mínima por encontrarse a más de 800 metros de la costa y estar cuajado de pilares cada 6 metros. Se suma el hecho de que no ha colapsado ningún elemento de ese tramo".

Dinteles

La otra intervención que se ha quedado sin hacer es la retirada de los dinteles que coronaban las pilastras tras el desmantelamiento del tablero en los primeros tramos. En este caso también "las oscilaciones del mar y la cercanía de los operarios que manejan los equipos de corte no permiten la ejecución sin riesgo de accidente. Se ha valorado que esos elementos han sido descargados del 90 % del peso que soportaban", así que "por su interés como parte del patrimonio histórico industrial lo más adecuado es no separarlos de sus soportes metálicos".

Atender todas estas cuestiones, derivadas también "del deterioro más severo de la estructura especialmente en el paramento interior", hubiera supuesto "exceder en más del 100 % su precio inicial" y la consiguiente "alteración del equilibrio económico", así que ambas partes se han emplazado para recalcular las unidades de obra que se han ejecutado, liquidar el contrato y esperar a completar los trabajos pendientes en una próxima inyección de la APV.

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