Los duelos entre Óscar Díaz y Moisés Laguardia en Pasapalabra son cada día más vibrantes. Los concursantes se han visto las caras más de un centenar de veces en el rosco del programa, la prueba final que, en caso de completarla correctamente, les entregaría un bote que ya supera los 1,1 millones de euros.

Pero, para conseguirlo, primero tienen que resolver las 25 definiciones del rosco, una tarea que parece sencilla a simple vista pero que no lo es en absoluto. Todo lo contrario:el rosco de Pasapalabra es cada vez un objetivo más difícil de alcanzar porque las preguntas se complican a niveles estratoféricos. Todo el mundo coincide en destacar que hace falta saber mucho para poder completarlo.

En el rosco de Pasapalabra

Tanto Óscar Díaz como Moisés Laguardia son unos excelentes concursantes. Los dos se preparan casi cada día para intentar hacerse con el bote de Pasapalabra y a ninguno le pilla por sorpresa lo que es participar en un concurso porque ya han estado con anterioridad en televisión: Moisés tomó parte en varias ocasiones en Pasapalabra y Óscar jugó durante meses en 'Boom', un programa que lo hizo conocido para el público en general.

Es decir, ambos están extraordinariamente preparados y eso es algo que se nota a la hora de enfrentarse a la prueba final del rosco. Cada uno tiene su propio estilo de juego: Óscar suele responder con aplomo y seguridad, haciendo tiradas largas, mientras que Moisés contesta habitualmente con dudas y asegurando todo lo que puede sus respuestas con el objetivo de evitar fallos.

Sin embargo, en ocasiones las tornas se vuelven y nada es lo que parece. En la última emisión de Pasapalabra eso fue, precisamente, lo que ocurrió. Moisés comenzó respondiendo una definición tras otra, sin dudar y sin problemas. Un acierto tras otro.

Mientras, Óscar era todo lo contrario, según se pudo apreciar durante su intervención en el rosco de Pasapalabra: escasas contestaciones y muchos cambios de turno. Tanto fue así que Moisés se hizo casi la primera vuelta en poco más de un par de jugadas y, cuando empezó la segunda vuelta, apenas tenía definiciones que resolver. Finalmente, se quedó a dos palabras escasas del bote al conseguir 23 aciertos y ningún error.

Óscar y una actuación épica

Óscar Díaz, sin embargo, estaba aún en la primera vuelta y con muchas letras por contestar, con un recorrido ante sí que exigía lo mejor de él y que todo apuntaba a que sería muy complicado. Así fue: el madrileño encaró las contestaciones con ganas y le puso tantas que, finalmente, después de pensar con rapidez alguna de las definiciones, se arriesgó y consiguió lo que parecía casi imposible.

Óscar remontó cuando casi nadie pensaba que fuera a hacerlo y lo logró con una palabra especialmente difícil que también muy pocos pensaban que fuera a acertar. Pero lo hizo y se igualó a Moisés: 23 palabras resueltas cada uno y ningún fallo. Empate.

Moisés Laguardia y Óscar Díaz, en el rosco de Pasapalabra. A3

Tanta fue la sorpresa que incluso su contrincante, cuando se agotó su tiempo, se giró hacia Óscar y le aplaudió anonadado por la tremenda y épica remontada que había protagonizado. Ambos se abrazaron contentos y se felicitaron mutuamente. No es para menos, ya que ese resultado les garantiza continuar en el próximo programa de Pasapalabra sin tener que pasar ninguno de ellos por la temida silla azul.