Pasapalabra está cada vez más interesante. Y más difícil. El bote supera ya el millón de euros y la lucha por hacerse con el gran premio del programa es cada vez más intensa.

Los dos concursantes que cada tarde se enfrentan en las tardes de Antena 3, Moisés Laguardia y Óscar Díaz, saben bien que cualquier pequeño error, por minúsculo que sea, puede dar al traste con sus opciones de éxito en Pasapalabra y, tal vez por eso, prefieren tomar todas las precauciones para evitar un resbalón.

Bajada a los infiernos en Pasapalabra

Sin embargo, no siempre es posible esquivar los fallos y, aunque los concursantes se anden con pies de plomo, los errores llegan y pueden acabar condenándolos. Tanto es así que eso fue exactamente lo que le ocurrió a Óscar Díaz en el último Pasapalabra, donde cometió "un par de patinazos", tal y como él mismo reconoció en sus redes sociales.

El jugador, fiel a su estilo, contestó en la primera vuelta con seguridad y aplomo. Su rival, Moisés Laguardia, hizo lo propio y la lucha estuvo equilibrada durante muchos minutos. De hecho, ambos entraron empatados a 18 aciertos en la segunda vuelta del rosco.

Sin embargo, a partir de ese momento, todo empezó a cambiar para Óscar. El madrileño cometió un pequeño error irreflexivo, propio de las prisas o de la tensión, y eso echó al traste toda su intervención en Pasapalabra.

Y es que Óscar Díaz sabía perfectamente la palabra que estaba buscando Roberto Leal cuando le preguntó la definición: jabonera. El problema es que se equivocó y dijo jabonero en lugar de jabonera. Inmediatamente se percató de su fallo y lo corrigió, pero ya era tarde y la palabra se daba como fallida. Primer error de Óscar en el rosco de Pasapalabra e inicio de un descenso a los infiernos.

Moisés y Óscar, en el rosco de Pasapalabra, el conocido concurso de Antena 3. A3

Tanto fue así que, desde ese momento, el madrileño, sabedor de que necesitaba acertar más definiciones, comenzó a responder si tener las contestaciones seguras y a cometer un fallo tras otro. Era una huida desesperada hacia adelante para intentar al menos empatar.

Pero su rival, Moisés Laguardia, no se lo permitió. Todo lo contrario: el concursante estuvo muy acertado y aseguró su posición firmemente: con una ventaja de tres palabras sobre Óscar, lo que acabó por condenar a éste a perder el programa y tener que jugarse el todo por el todo en el siguiente.