Pasapalabra es, sin duda, uno de los concursos más vistos de la televisión en España. Cada tarde de lunes a viernes, cientos de miles de personas se apostan frente al televisor de su casa para asistir un día más a uno de los emocionantísimos duelos entre Óscar Díaz y Moisés Laguardia.

El premio que está en juego bien merece los esfuerzos de ambos, puesto que el bote de Pasapalabra supera con creces los 1,2 millones de euros. El primero en conseguir completar correctamente las 25 definiciones del rosco será quien se lleve esa pequeña fortuna. Y, hasta ahora, tanto Moisés como Óscar han dado sobradas muestras de poder conseguir este dificilísimo reto.

El rosco del último Pasapalabra: emoción en estado puro

Sin embargo, y pese a la valía de ambos, en algunos programas uno de los dos concursantes parece brillar con luz propia, tanto que es habitual ver como Óscar o Moisés se quedan muy cerca de conseguir el bote de Pasapalabra, a apenas unas definiciones.

En el último programa, Óscar sacó la artillería pesada y atacó con todas sus fuerzas a su rival, Moisés. Pero, a pesar de todos los esfuerzos del madrileño, nada le sirvió y se vio obligado a tirar la toalla. Y eso que Pasapalabra no había empezado mal para él.

Óscar Díaz no fue quien dio comienzo al rosco, pero sí quien lo hizo de manera más exitosa. En su primera jugada acertó cinco definiciones del tirón mientras que Moisés sólo respondió bien a una palabra.

Luego la cosa se igualó y, aunque llegaron a la segunda vuelta bastante emparejados, el de La Rioja metió la directa y se quedó con 23 aciertos. Con esa cifra, optó por plantarse y dejar toda la presión a su rival.

Óscar y Moisés, tras el rosco de Pasapalabra. A3

Al otro lado, Óscar veía cómo tenía que acertar cinco definiciones consecutivas si quería al menos empatar con Moisés, una tarea que parecía bastante complicada a tenor de las veces que pidió correr el turno.

Sus muros insalvables se situaron en la F, la L, la P y la Y. En total, 21 aciertos y ningún error, pero no era suficiente para presentar batalla a Moisés. Así las cosas, Óscar siguió intentándolo, esperando que le cayese de algún lado la inspiración mientras el tiempo se agotaba rápidamente. Y sucedió: se quedó sin segundos y con sólo 21 aciertos, lo que le condena a sentarse en la temida silla azul el próximo programa y jugarse así su continuación en Pasapalabra.