Una nueva bodega irrumpe en el panorama enológico del área de Vall dels Alforins en el término de la población de Fontanars, dentro de la Denominación de Origen Protegida Valencia. Un nuevo proyecto que viene de una larga tradición viticultora, ya que los orígenes con referencia escrita de la finca conocida cono Casa El Peller se remonta a hace más de doscientos años de antigüedad. En el transcurso de estos dos siglos han cambiado los propietarios de la tierra en varias ocasiones, hasta que Vicente Francés la adquirió en 1983, hace ahora treinta y cinco años. Pero llama la atención que durante todo este tiempo, tras varias generaciones, la familia Pastor continúe siendo la encargada de la gestión del viñedo, por lo que son grandes conocedores tanto de los métodos de elaboración históricos de la zona como de la viticultura que se practica.

Entre las cincuenta hectáreas de viñedo se encuentra la antigua bodega de elaboración que antaño contaba con las tradicionales tinajas de barro cocido semienterradas, habituales en las casas de labranza de esta zona, pero esa parte se tapió hace años por el mal estado de la construcción y permanece oculta, a la espera de que llegue el momento de afrontar una futura rehabilitación. En su momento se hacían 200.000 litros de vino que eran vendidos a granel, pero la filosofía de la nueva empresa que dirige el ingeniero agrónomo Vicent Penadés es la de elaborar limitadas producciones de elaboraciones muy cuidadas, hechas de manera artesanal partiendo de cultivos bajo pautas ecológicas y fermentando con levaduras silvestres, persiguiendo trasladar a la copa el carácter de los vinos del Vall dels Alforins y además demostrando su propia personalidad. El resto de la uva que se vendimia la venden a bodegas vecinas.

Por el momento producen solo dos vinos, uno de ellos el Vinya Alforí Blanc 2017, un blanco elaborado con uvas de la variedad Macabeo que fermenta en depósito de inox y que permanece cinco meses en depósito de hormigón en contacto con sus lías finas. Es de color amarillo pajizo pálido y su aroma, de buena intensidad, recuerda a las manzanas verdes, a flor blanca, con toques anisados. En el paladar es untuoso, tiene volumen, frescura y longitud. El tinto es el Vinya Alforí 2016, un monovarietal de Monastrell (una uva clásica en esta zona vitivinícola) criado al 50% en tinos de roble francés de dos mil litros y en depósitos de hormigón durante catorce meses. Un tinto bien presentado, de color rojo picota de capa media-alta. Aroma a fruta madura y en compota, con recuerdos a especias, torrefactos y balsámicos. En el paladar se presenta amable, con taninos maduros, equilibrado.

Un inicio realmente prometedor para una aventura vinícola de largo recorrido.