La familia marca lo que somos en la vida. Los Martínez Roda son un buen ejemplo de esta afirmación. Francisco Martínez Bermell fundó a principio de la década de los años ochenta la bodega Vera de Estenas, que se alzaba en la Casa Don Ángel, una construcción ubicada en el término municipal de Utiel que data de 1919 y corona un majestuoso paisaje de viñedos en una de las zonas de mayor riqueza vitivinícola de la Comunitat Valenciana. Presidente de honor de la Asociación Española de Enólogos y Vicepresidente de la Organización Internacional del Vino (OIV), Francisco construyó junto a su esposa, Ángeles; y sus hijos Federico, Felipe, Lourdes y Félix una bodega pionera en aspectos como la apuesta por las variedades de uva autóctonas, los tintos de Bobal de largas crianzas o los blancos gastronómicos con paso por barrica de roble.

Después de más de cuarenta años, y gracias al impulso del hijo de Francisco, Félix, y de sus nietos, Yolanda y Eduardo, Vera de Estenas ha configurado un interesantísimo proyecto vinculado al enoturismo que gira entorno al viñedo, la tradición vinícola y la exclusividad, ya que desde 2013 la bodega Vera de Estenas está reconocida como Pago Vinícola, pasando a formar parte de las 25 bodegas de toda España que cuentan con su propia Denominación de Origen. 

La Casa Don Ángel es el epicentro de la finca. ED

La visita al Pago Vera de Estenas y la Casa Don Ángel arranca con la recepción de los invitados junto a la casa señorial, frente a un jardín de árboles centenarios, en lo alto de la colina donde se ubica la bodega, con unas vistas inmejorables de viñas, olivos, almendros y en el horizonte, las montañas. El enoturista empieza paulatinamente a sumergirse en el mundo del vino y no tiene más que dejarse llevar durante todo el recorrido.

Museo familiar y exposición

Empezando por el viñedo, se recorre cada rincón de la bodega, la sala de barricas no deja indiferente a nadie, el aroma es único, indescriptible, techos abovedados, paredes de adobe, y ese silencio… Sin duda uno de los lugares favoritos para todos los que visitan la bodega. El museo familiar merece especial atención. Ubicado sobre los antiguos trullos, uno puede observar con detenimiento gran variedad de maquinaria para vinificación del siglo pasado, así como una exposición de todos los embotellados desde la cosecha de 1982. Bajo el museo se encuentra la parte subterránea, donde guardan las mejores añadas, las cavas. Para finalizar, los propietarios realizan una cata comentada donde con mucho mimo y esmero nos comentan cada detalle de los tres vinos que se degustan.

Fachada de la Casa Don Ángel, epicentro de la finca vinícola Vera de Estenas. ED

Recientemente la bodega ha inaugurado un hotel rural con nueve habitaciones, lo que les permite proponer a los enoturistas experiencias que son como una inmersión en primera persona en el origen del vino, disfrutando de innumerables actividades en función del ciclo de la vid y sumergiéndose en el sosiego y la calma que brinda la naturaleza en estado puro. Las nueve habitaciones dobles se reparten por el edificio histórico que conforma la bodega y su rehabilitación se ha llevado a cabo respetando al máximo la arquitectura original y eso hace que no haya dos habitaciones idénticas y que cada una tenga su especial personalidad, con puertas de mobila, suelos hidráulicos, cerámica de Manises, forja… La decoración está inspirada en la viticultura y la enología. Lámparas de techo conformadas con duelas de barricas antiguas, cuadros de artistas locales que plasman nuestros paisajes u obras realizadas con tapones de corcho buscan propiciar una sensación de confort y bienestar en perfecta armonía con el edificio, su entorno natural y la bodega.

Cómo reservar

Para poder visitar la bodega modernista de 1876, alojarse en su acogedor hotel y disfrutar de todas las actividades que propone Vera de Estenas durante el año es imprescindible formalizar previamente la reserva a través de su página web (www.veradeestenas.es) o llamando al teléfono 633 958 670, donde además nos ampliarán toda la información necesaria para iniciar una experiencia que nos introduce en el lado del vino más tradicional y familiar.