Son cinco, como los dedos de la mano, e igualmente imprescindibles. Por orden alfabético: Javier Calvo, Calo Carratalá, Javier Chapa, Jarr y Horacio Silva. Fue en la boutique Acosta, donde sus cuadros ocupaban lugar de honor, conjugándose a la vez con las novedades de la firma. Un tema central para las pinturas: los jardines madrileños, especialmente los menos frecuentados, inmersos en la aureola romántica del siglo XIX o tocados de distinción diechiochesca, con ecos de sus orígenes aristocráticos.
Javier Chapa, tomando pie en los Jardines de Sabatini frente al Palacio Real, firma una bella composición de cromatismo lineal, acordada a la estructura de la fachada palaciega. La Rosaleda, recogido y hermoso espacio del Retiro, sugirió a Horacio Silva una asociación con la riqueza floral de los jardines japoneses, que simboliza en un esquemático busto femenino. Javier Calvo se adentra en El Capricho y su recóndito laberinto, al que relaciona con sus propias arquitecturas pictóricas llenas de misterio. Calo Carratalá dedica a Madrid Río, ornato de la ribera del Manzanares, un paisaje fluvial de agua tranquila y verdes ramajes. Y el Real Jardín Botánico es sugerido por Jarr en un cuadro de oros resplandecientes que cruza un diminuto ciclista solitario. Cada cuadro dialoga, elocuentemente, con una parte de las distintas colecciones de Acosta, uniéndose a ellas a través del colorido, formas o texturas.
Esta feliz idea de involucrar a los artistas en el ámbito de una tienda de moda partió de su activa directora, Encarna Roig. Que se multiplicó para atender a los numerosísimos invitados: un compacto bullicio de gente guapa. Muy bien vestida vi a Pilar Millán, en azul porcelana. Me llamaron la atención la original sortija de Vicente Gracia que llevaba Mª Rosa Fenollar, y el colgante de Bulgari lucido por Mª Dolores Enguix, de Óptica Climent. Del gremio joyero estaban allí los hermanos Antonio y Pablo Jordán, y la familia Martorell, de Joyería Siete: Guillermo, Mamen y Arancha. Mundos afines: Mati Guerrero, de Louis Vuitton; Mª Ángeles Miguel, de Ferragamo; David Cantó, diseñador gráfico, y el escaparatista Quique Roig. La medicina estuvo representada por las Dras. Luz Aguiló y Aurora Reig. La empresa y la banca, por los hermanos Valls y la dinámica Marisa Gómez. Todos elogiaron la iniciativa de Encarna y expresaron su admiración a los cinco pintores, allí presentes, auténticas estrellas del acto.
Como también lo fueron las nuevas colecciones de Acosta, que abarcan sus acreditados bolsos (en variedad de pieles y moderna línea); chaquetas y abrigos de ante, zorro, napa y double face; elegantes zapatos y botas; exquisitos guantes largos de ante y abundantes complementos: cinturones, pañuelos, billeteros y carteras de mano.
Moraleja: el arte y la moda son una pareja muy bien avenida.
