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Filosofía de la basura

La empresa municipal de limpieza de mi ciudad ha retirado 8800 kilos de basura de la casa de una anciana con el síndrome de Diógenes, y, otro día, 22 toneladas de residuos dejados en las playas por una muchedumbre que había celebrado en ellas la noche de San Juan. Son dos maneras distintas de relacionarse con la basura, guardarla en casa o diseminarla en los espacios públicos. Suele haber un juego de suma cero entre lo cívico y lo doméstico: algunos que tienen la casa reluciente, en la calle tiran al suelo el papel de la chocolatina, o no recogen las cacas del perrito recién salido de la peluquería canina; en cambio otros que tienen la casa hasta arriba de trastos o restos jamás tiran una colilla o un papel en la calle. Filosofía y ética se ocupan poco de la basura, pero ésta nos identifica como civilización, y el modo de interactuar con ella es una huella dactilar del individuo.

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