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Modestitos y aseados

El otro día decía Adolf Beltran en su sabatina nada intempestiva (es un honor trabajar en el mismo sitio que este antiguo alumno de la Deutsche Schule), decía que sorprende un poco la modestia, el perfil bajo, el apuntalamiento en cuotas y repartos del nuevo gobierno de la Generalitat que, tal vez, veíamos en sueños como una tropa de libertadores entrando en La Habana el día de Año Nuevo. Lo malo de los libertadores es la facilidad con que se desliberalizan. El riesgo del despotismo ilustrado es la velocidad con la que pierde el lustre. O sea, que tampoco está mal.

Vázquez Montalbán (sólo los beatos creen en oráculos infalibles) llamó al primer ejecutivo de Adolfo Suárez, un «gobierno de PNNs». Los PNNs eran los Profesores No Numerarios, o sea, sin plaza fija. Bueno, pues aquellos meritorios lo hicieron bastante bien, dadas las circunstancias, que era duras y ásperas, como ahora, cuando tampoco los céntimos nos alegran la vida. El primer gobierno de Felipe González sí que fue de lujo, pero como consecuencia del carácter pantanoso, retentivo y restrictivo, del franquismo: se le amontonaron varias generaciones de rojos y rosados de primera línea (más algún inteligente tránsfuga).

Sí, no está mal que este gobierno sólo tenga entre los venerables a Manuel Alcaraz y Vicent Soler quien, además, sigue teniendo cara de crío. Se pueden hacer bastantes cosas sin gastar demasiado, incluso sin gastar nada. Prohíban lo menos posible, pero vigilen el derecho al descanso de la ciudadanía. Potenciemos el turismo, pero no la caspa. Defendamos la tradición: la que empieza tras el Paleolítico. Aprendamos, todos, de Joan Ribó que en eso se nota que es un veterano: consigue aparecer en todas las agendas del día. Es como el Correcaminos que surge en un balcón y tras la bandera arco iris; en la Marina Real, tratando con hombres de negocios, y en los carriles bici (practica la religión del pedal), o presentando la candidatura del Cabanyal a un concurso con 120 millones de premio. No sería un mal premio: el Cabanyal se lo merece y ya sufrió lo suyo con la Medusa Petrificante.

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