La vida del seriéfilo es eso que pasa mientras esperas que renueven o cancelen determinada serie. Así vivo yo este verano tras descubrir una serie pequeña pero mágica: Proof, de la cadena estadounidense TNT. Es uno de esos casos en los que una estrella en más o menos decadencia busca un proyecto a partir del cual relanzar su carrera. Jeniffer Beals, que vimos en Flashdance, intenta con Proof volver a primera línea de serie. Y lo consigue.
Proof cuenta la historia de la doctora Tyler, una cardiocirujana de éxito que colabora con un multimillonario para buscar pruebas de la vida más allá del fallecimiento a partir de experiencias cercanas a la muerte que tienen los pacientes a los que trata. La doctora Tyler es la mujer perfecta para el trabajo porque tiene motivaciones personales: su hijo falleció en un accidente de tráfico y ella tuvo una ECM durante un tsunami en el sudeste asiático -¿os suena?-.
Aunque es un drama, en realidad Proof tiene mucho de esa fantasía urbana que tanto me gusta y que tan bien casa en películas y, sobre todo, en series de televisión. Cada uno de los casos de la doctora Tyler investiga termina con una explicación científica más o menos coherente pero en realidad en todos ellos se deja la puerta abierta a una explicación fantástica. Además, detrás de la historia general se adivina una cosmología muy interesante montada alrededor de ese mundo tan misterioso que son las experiencias cercanas a la muerte y que no hay médico, enfermera o auxiliar que trabaje en la UCI que no haya oído hablar de ellas. En este sentido, entonces, Proof es una serie valiente que se atreve a hablar de lo que pocas veces se habla en la televisión, y menos en Estados Unidos, que como dicen en Newsroom tiene el récord mundial de personas que creen que los ángeles existen. A ver si se da otro milagro y conseguimos que renueven Proof. Es una serie necesaria.
