Peter Lim acude a Mestalla de vez en cuando y sigue desde Singapur los avatares del club. Sin embargo, no suele prodigarse ante los medios de comunicación. Hasta la fecha ha sido otro dirigente silencioso. Éste, ni siquiera se ha servido del plasma. Tiene a su disposición voceros para que comuniquen algunas de sus ideas. Que se sepa aún no ha salido a la palestra a decir cuáles son en realidad sus proyectos. Todo está en la nebulosa. Económicamente iba a ser el maná y, que se sepa, no han disminuido las deudas y el Valencia ha estado cerca de la quiebra.
Lim tiene la ventaja de contar con palmeros que se entusiasman con cualquiera de las medidas que se anuncia. Ahora hay campanas de gloria porque ha anunciado que ampliará el capital en cien millones de euros. Hay grave error en considerar que va a poner sobre la mesa tal cantidad. La ampliación hay que hacerla de acuerdo con normas que obligatoriamente se han de cumplir.
En la ampliación tienen derecho todos los actuales accionistas. Cada uno puede invertir la cantidad igual a la que tiene suscrita, la que ahora posee. Sólo del sobrante, de los euros que los accionistas dejen de invertir, se puede hacer Lim, que es el mayoritario. No es real que vaya a poner en la caja del club cien millones de euros. Ciertamente va a gozar con la ventaja de que, presumiblemente, le dejarán la mayor parte del pastel para que se empalague.
La situación actual es muy distinta a la de anteriores operaciones financieras. El capital de los minoritarios no tiene ningún peso y poner más dineros, a sabiendas de que ello sólo favorece al dueño de la entidad, no creo que sea decisión mayoritaria entre quienes volcaron su ilusión hace años. (Se exceptúa la última ampliación en la que el valencianismo no acudió y ello posibilitó la operación de Amadeo Salvo, que no puso el club a salvo y se acabó vendiendo «el sentiment»).
Desde el club se anuncian buenas nuevas y ninguna acaba siendo realidad. Ahora ya no es prioritario el nuevo Mestalla. Lo dije hace tiempo: a Lim no le interesa esta operación porque de la venta del viejo hay que ir pagando a Bankia.
Los dineros que maneja el grupo Meriton tiene recovecos que no se le explican al personal civil. Lim aportó cien millones a la sociedad como préstamo con los consiguientes intereses. Esos cien millones, en realidad, sirvieron para que se le compraran sus jugadores, los Pérez, Rodrigo, Gomes y Cancelo. Les sacó buen rendimiento por los desorbitados precios que se pagaron y, encima, el Valencia quedó con una deuda mayor. No hubo lugar a la disolución de la sociedad y salvado ese escollo se ha anunciado la ampliación del capital. Para salvar la situación no cabía otra salida que esta o la venta de activos, o sea, jugadores con buen cartel en el mercado.
De todas maneras, algunos siguen pidiendo que el espectáculo no decaiga. Espectáculo es que el Valencia haya marcado cuatro goles en siete partido y ha recibido cinco. Y ello a pesar del descubrimiento de Jaume, que no pertenece a la cuadra de Jorge Mendes. Es el colista en la faceta goleadora. Esta por detrás de Levante, Las Palmas y Granada. Los que cierran la tabla.
