El pleno de las Corts de la próxima semana no incluirá sesión de control al presidente de la Generalitat, Ximo Puig. Es la primera vez que el jefe del Consell da esquinazo a la Cámara. Lo decidieron ayer en la junta de portavoces socialistas, Compromís y Podemos, con el argumento de que es una circunstancia «excepcional», motivada por la acumulación de mociones de obligada inclusión en el pleno. El PP, que está en fase desahogo, lo calificó de «inaudito», alegando que la «excusa» suena mucho a la que empleaban los presidentes populares con duras críticas de la entonces oposición.
Desde que se inició el periodo de sesiones, Puig se ha sometido a cuatro sesiones de control y, tras la decisión de ayer, lo hará de nuevo en el pleno del 3 de diciembre. El resto están dedicados a los presupuestos de la Generalitat. Fran Ferri (Compromís) destacó que Puig ya ha dado la cara más veces que su antecesor Alberto Fabra en el mismo periodo de sesiones. «Aceptamos pulpo como animal de compañía», bromeó el síndic de Podemos, Antonio Montiel, para dejar claro que aceptaban siempre que no se «convierta en algo habitual».
