Mientras los socialistas con Pedro Sánchez atrincherado dirimen su futuro (?) en una batalla campal; Mariano Rajoy aguarda „como siempre„ como espectador de lujo al desenlace de la tragedia griega que se representa en Ferraz: Pablo Iglesias va sembrando de minas personales los pactos autonómicos en su obsesión por el «sorpasso» y Rivera contempla desde el borde del precipicio el vacío electoral, la vida de los demás sigue adelante „o hacia atrás, según se mire„.
Y con un Gobierno, ahora encima en funciones, que continúa sin ver más allá del embalse de Contreras cuando gira su mirada hacia al Este. Algo, por otra parte, nada novedoso.
Ahora se han «olvidado» „sí, entre comillas„ del túnel pasante de Valencia que debe servir de enlace ferroviario subterráneo entre el norte y el sur de la ciudad. Ahí es nada. Un «olvido» que amputa el corredor mediterráneo y condena a Valencia a ser la capital de la «marcha atrás» por los siglos de los siglos. Sí de la «marcha atrás», ahora que los sexólogos „y Control„ advierten sobre las perniciosas consecuencias de ésta arriesgada práctica. Porque los trenes que entren en la estación «términi» de la capital del Turia desde el Sur deberán recular y desandar las traviesas recorridas para seguir su camino hacia el norte y viceversa.
Un «olvido» „entre comillas„ que convierte a Valencia en la única de las tres grandes capitales del Estado que no tiene túnel pasante ferroviario. Incluso Murcia y Vigo ya han conseguido un compromiso presupuestario.
Un «olvido» „entre comillas„ que recuerda a otro, el de Loyola de Palacios en 2003, cuando presentó en Bruselas sus proyectos ferroviarios para la red transeuropea „advierto de que eran los buenos tiempos de la cofinanciación de la UE para las infraestructuras„ y se «olvidó» del corredor mediterráneo. Y como consecuencia de ello „con una larga crisis económica de por medio„ ahora estamos hablando de «hilos» „el tercero„ en lugar de vías independientes de ancho europeo. Y ni para los hilos tenemos fecha.
Y todos estos «olvidos» „entre comillas„ tienen consecuencias económicas, sociales y de vertebración muy graves que se ceban en una comunidad autónoma que ha demostrado sobradamente su capacidad para rentabilizar estas infraestructuras. Su fuerza exportadora y de generar mercancías, muy por encima de la media nacional, está en cualquier estadística. Por no hablar del movimiento de viajeros. Negro sobre blanco están las cifras del AVE a Madrid „por cierto, también llegó tarde„ para confirmarlo. Y si algún día llega a Barcelona, nos sorprenderemos. Lo del Euromed será de risa.
Y por último, explico lo del «olvido» „entre comillas„. Lo de Fomento, más que un lapsus, sospecho que es una decisión meditada. Tanto la Generalitat como el Ayuntamiento de Valencia aseguran que han intentado en tres ocasiones desde julio que corrigieran el error. Y ni por esas. Lo dicho, la capital de la «marcha atrás».
