Todo empezó con un hábil orfebre griego que, a finales del XIX emigró a Italia, estableciéndose en Roma. La conocida historia de su prosperidad hasta alcanzar renombre mundial ha impregnado siempre a la afirma Bulgari de un matiz novelesco, reforzado en el tiempo por el hecho reconfortante de la transmisión familiar, concretada hoy en los tres hermanos Gianni, Nicola y Paolo Bulgari, con su imagen coherente y conectada. Nada como entrar en la leyenda para dotar a una firma de un importante valor añadido, que se acentúa con su honda integración en el país de acogida, bien clara en la manera de absorber e interpretar rasgos y herencias de la cultura italiana. La Roma clásica ha estado presente en colecciones tan significativas como Monete, a partir de monedas antiguas, Diva, de resonancias operísticas, o Sierpe, inspirada en el símbolo arcaico (y tan imitada después). A Bulgari se debe la realización de los trofeos de cine Donatello. Y Bulgari, además de su frecuente colaboración en causas benéficas, ha contribuido con millón y medio de euros a la restauración de la Piazza Spagna. De todo ello se deriva Bulgari y Roma, la gran exposición que hasta final de febrero ocupa el madrileño Museo Tyssen, magnífica selección de piezas acompasadas a diversas obras de arte representativas del esplendor romano de pasados siglos.
La leyenda Bulgari se engalana también con los nombres relevantes de mujeres que han lucido sus joyas a lo largo del tiempo. Aristocracia y casas reales (por ejemplo, las princesas Luciana Pignatelli, Soraya de Irán y nuestra princesa Sofía antes de ser reina) podrían encabezar una lista en la que figuran top models de distintas épocas, como Veruschka, Capucine, Claudia Schiffer o Marisa Berenson y, sobre todo, una constelación de estrellas de cine que van desde Merle Oberon, Anna Magnani, Monica Vitti o Virna Lisi, hasta las actuales Sharon Stone, Alicia Vikander, Susan Sarandon, Jessica Lange y Julianne Moore, pasando por las eternas Sophia Loren, Gina Lollobrigida, Claudia Cardinale, Elizabeth Taylor e Ingrid Bergman, que se prolongó en su hija Isabella Rossellini. Son muchos aspectos los que acompañan con esplendores míticos la clave esencial de Bulgari: su apuesta prioritaria por la belleza y la indagación constante, que la hizo pionera al combinar el oro con el acero allá por los 50, o mezclar porcelana con oro y piedras preciosas en su impactante colección Chandra. Si la exposiciónen Madrid no la tenemos al alcance de la mano, sí que podemos disfrutar de Bulgari en Valencia, gracias a su tienda en El Corte Inglés, donde se concentra el universo de la firma con sus diseños inconfundibles y todas las novedades fascinantes que en estos momentos son, una vez más, prueba de su continua evolución.
