El canónigo e historiador don Vicente Castell Maiques decía que la Procesión de Corpus de Valencia es un «poema teofórico» en honor a Jesucristo realmente presente en la Eucaristía, en la que se describe la Historia de la Salvación, las principales estampas de la Biblia en la vía pública. Es la peculiar manera del pueblo de «leer la Biblia», de acceder a la intelección de las Sagradas Escrituras.
Es un auto de fe de una comunidad viva que celebra la Eucaristía. Es una Teología Eucarística como la que desean últimamente los expertos, mirando a la Biblia, que tiene que ser el corazón y el alma de toda Teología. Es una catequesis bíblica genuina y autóctona.
La Procesión de Corpus es un «lugar de catequesis» de la Iglesia de Valencia, donde se informa y se confiesa la fe que, celebrada en el interior del templo, es manifestada y expuesta a los demás en el exterior. Es una catequesis fundamentalmente Cristológica, de Resurrección y gloria. No hay Pasión y Muerte de Jesús en este homenaje a la Eucaristía.
Expresiva y plástica, ha estado siempre al servicio de la Biblia, conjugando en su dinamismo los tres elementos básicos de la comunicación: lo descriptivo, lo interpretativo y lo proyectativo. Acción catequizadora de refuerzo, lúdica y visual, abierta a todos, creyentes y no creyentes. Insstrucción generalista dirigida a suscitar sentimientos y preguntas, mover voluntades, informar y formar a gentes de cualquier edad y condición sobre Jesús Eucaristía.
Es Teología Narrativa de la Biblia hecha con un lenguaje popular, claro, sencillo, legible, comprensible, didáctico, muy eficaz a lo largo de la historia, especialmente en las épocas donde la falta de instrucción y alfabetización de la gente limitaba el acceso al conocimiento intelectual de las verdades y misterios de la fe.
Desde el siglo xiv, ha intentado superar los reparos que dificultan el acceso del pueblo a las Sagradas Escrituras en su integridad y en su propia lengua y a progresar en el conocimiento sobre el contenido y las características de cada libro sagrado y su interpretación, objetivos del actual movimiento bíblico.
Desde sus orígenes, la procesión nunca perdió su fuerte connotación bíblica, que, por el contrario, sí perdió la Iglesia entre los siglos viii al xvi, la que volvería a recuperar a partir lentamente desde el siglo xvii al Concilio Vaticano ii.
Las características de la catequética de las primeras comunidades cristianas (bíblica, kerigmática), más la catequesis impulsada por el Concilio Vaticano ii (kerigmática, bíblica y antropológica), fueron las que nunca perdió la procesión del Corpus de Valencia, las mantuvo vivas y las acrecentó.
El color, las músicas, los cantos, las plantas aromáticas, las calles engalanadas, la indumentaria, el incienso, la pompa, las danzas, sorprendentemente son los requisitos deseables en la actualidad para la catequesis, por su visualidad, acorde con el espíritu mediterráneo y plástico de los valencianos, catecismo audiovisual, para que a través de lo visible se pueda alcanzar el conocimiento de lo ininteligible, Dios.
La antiquísima procesión de Corpus de Valencia es, pues, una catequesis muy moderna, muy actual en su forma, audiovisual, y en su esencialidad, ya que su pretensión no parte de la creencia de que la conversión se ha producido en el destinatario del mensaje, sino que trata de suscitar y cultivar adhesiones a Jesús a través de ella.
