En estos días cuando la canícula aprieta me ha dado por rememorar recuerdos veraniegos pegados a la pantalla de una tele. Cada quien tendrá los propios pero la memoria me lleva con viveza a las tardes de julio de 1991 ( tras apretarme una «tallaeta» de «meló d'Alger» ) repantigado en una hamaca viendo a Miguelón Indurain subir Alpe d'Huez. Que gran verano el del 91 ¿no les parece?
La tele por lo general no se lleva bien con los veranos. Nos sentamos menos ante la caja (hoy más bien un marco negro y plano lleno de letras: HD Full 4K USB 600HZ) eso hace que las cadenas relajen su programación y tiren de repeticiones, pelis o algún retal.
Pese a ello convendrán conmigo que hay auténticos clásicos de la tele veraniega como el longevo Gran Prix (en casa conocido por «La Vaquilla», como la de Berlanga) Durante nada menos que 11 años en la 1 de TVE conducido por el gran Ramontxu García con sus chaquetas veraniegas color vainilla, exultante de entusiasmo y rodeado de azafatas con zapatillas deportivas.
El signo de los tiempos y el desgaste acabó con este singular concurso cañí, aunque hoy sería inviable por lo del maltrato animal amén de que la extrema cortedad de las faldas de sus azafatas tampoco serían bien vistas en un canal público. En las parrillas de este verano no obstante hay concursos que han llegado a cubrir ese hueco de concurso familiar canicular: «Ninja Warrior» o el ya conocido «Me Resbala» son un par de ejemplos.
Otro formato veraniego irrepetible hoy en día por distintos motivos sería «Uno Para Todas». Tal vez recuerden aquel tumultuoso programa en el que un plató de féminas elegía de entre varios tipos a un ganador, el presunto hombre del verano, mientras los que iban siendo eliminados eran arrojados por las azafatas a una piscina. El MC era Goyo González (hoy con Herrera en COPE) y lo daba «Telechincue» en los 90 aún bajo la infuencia berlusconiana en su programación.
Para programa de inspiración gamberra y agitada el estreno de «Me lo dices o me lo cantas» con Jesús Vazquez al frente. Un «reboot», que se dice ahora, del mítico «La Parodia Nacional», una creación de la factoría Gest Music (los de la Trinca) con un imperial Constantino Romero en la conducción. Ahora que pongo la memoria a funcionar, de partenaire del genial Constantino había una presentadora y actriz muy estimada. Alícia Ramírez, nacida en Cannes pero hija de Benidorm tuvo en Canal 9 momentos espléndidos donde lució ensortijada melena y seguridad en sus maneras. Conocí a Alícia haciendo de «azofaifa» (una broma interna, disculpen) en el primer concurso que presenté en la extinta TVV de la mano del genial Sergi Schaaff. Luego vinieron un puñado de programas en los que la Ramírez se desenvolvió con desparpajo hasta que llegó al «Informal» de Tele5 o al reality «Aventura en África» en Antena 3. Aunque su momento más personal lo tuvo en nuestra Canal 9 con un programa de testimonios que condujo con acierto y humor (Alícia es una gamberra consumada) que se llamó «Queda't amb mi».
Antes fue «Queda't amb Eduard» y lo presentó el gran Eduard Forés a quien una mala curva de la vida sacó de la tele, pero esa es otra historia.
