Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un grito por la tolerancia

Tolerancia: «Respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias», señala la Real Academia Española. Más que un concepto, una necesidad en tiempos turbulentos como los que estamos viviendo. Y si a la tolerancia le sumamos sensatez y ponderación, mejor aún.

Las consecuencias de la intolerancia, la irracionalidad y la desmesura ya las conocemos. Se resumen en un «fuera de aquí, vete a tu país, moro de mierda». Las palabras, acompañadas de dos patadas, de un hombre de unos 30 años a un joven marroquí de 14 años en Port de Sagunt. «Os tendrían que matar a todos como matan a los españoles», terminó espetando el intolerante.

La xenofobia socava las débiles raíces de la multiculturalidad y la democracia.

Lo estamos viendo y criticando en los Estados Unidos de Donald Trump, donde el discurso del odio está emergiendo de forma peligrosa, alimentando la radicalización, la violencia y la división.

¿Queremos eso en España?

Deberíamos de tener mucho cuidado.

Las quince vidas y los más de cien heridos que se han cobrado en Cataluña los atentados de la célula yihadista que tanto nos han consternado son habituales, incluso diarias, en países como Iraq. Y a las personas que huyen de ellos buscando refugio en los países occidentales, no solo no les damos refugio, sino que dejamos que mueran ahogados en el mar, y si consiguen hacerse un hueco en nuestros países «civilizados» y «solidarios», les responsabilizamos con la mirada o con la actitud de ser cómplices de aquello de lo que han huído.

¡Pues no! Son víctimas del mismo problema que estamos sufriendo nosotros: el radicalismo yihadista. Unas víctimas que además de haber tenido que huir de sus países dejando sus hogares y su pasado, se terminan convirtiendo en diana de los intolerantes.

Generalizar es muy peligroso. Convertir a todos las personas que profesan el Islam en yihadistas es tan ridículo como decir que todos los occidentales son infieles a los que hay que exterminar.

Conceptos como humillación, indignación, ira, u odio solo terminan conduciendo a otros como revancha, castigo o venganza.

Compartir el artículo

stats