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La espada de Montoro

Cristobal Montoro es un hombre insaciable. Y el Ejecutivo del PP, una máquina de silenciar discrepantes. Y no lo digo por el conflicto catalán, del que ya se ha hablado y se continuará opinando durante las próximas semanas.

Con todas las miradas enfocadas hacia la aplicación del 155 en Cataluña, el Ministro de Hacienda ha decidido centrarse y ha puesto sus ojos y a sus interventores en el Ayuntamiento de Madrid de Manuela Carmena por incumplir la regla de gasto (gastar por encima del crecimiento medio de la economía española aunque exista superávit, según recoge la Ley de Estabilidad).

"Y cuando las barbas de tu vecino veas pelar,.." Las amenazas de Montoro hacia la Comunitat Valenciana y los dirigentes del Consell ("solo lloran") tienen recorrido. Independientemente de estar mejor o peor financiados o de haber conseguido reducir el déficit al coste de continuar los recortes sociales cuando se supone que la recesión ha quedado atrás,..

Para Montoro, cuando se siente acorralado o no encuentra un argumento defensivo, solo existe el "imperio" de la Ley. Y esa siempre está a su lado.

Solo hay que mirar unos meses atrás, con la multa de 19 millones impuesta por Bruselas al Reino de España por la manipulación del déficit del Consell cuando gobernaba el PP (2011 y 2014). Entonces dijo que o la pagaba la infrafinanciada Comunitat Valenciana o intervenía sus cuentas para cobrársela.

O cuando volvió a amenazar con intervenir los ingresos de la infrafinanciada Comunitat Valenciana por tardar más de 60 días en pagar las facturas a los proveedores.

Y la que se nos puede venir encima tras la advertencia de la autoridad fiscal independiente (Airef), que considera improbable que la infrafinanciada Comunitat Valenciana cumpla el objetivo de déficit en sus cuentas de 2018.

La espada de Damocles permanece sobre nuestras cabezas no pendiendo de la frágil crin de un caballo, como cuenta la leyenda griega, sino sostenida con las dos manos por Cristobal Montoro. Ese ministro al que la misma autoridad fiscal independiente le ha leído la cartilla: «La Administración Central y, en menor medida, los Fondos de la Seguridad Social, presentan un riesgo alto de desviación» del objetivo de estabilidad presupuestaria.

Ese ministro al que le han salvado el trasero en el conjunto de las Administraciones Públicas, las corporaciones locales que ahora quiere intevenir y que han "sobrecumplido" con los objetivos.

Ese ministro -y el resto de su Gobierno- al que Bruselas le ha tenido que corregir al alza año tras año el objetivo de déficit... y ni con esas lo ha cumplido.

Ese ministro que ha quitado las telarañas a la "hucha de las pensiones", no consigue cuadrar las cuentas de la Seguridad Social y ha llevado la deuda pública del 69,50 % (743.530 millones) del PIB que recibieron de Zapatero en 2011 al 99,80 % (1.137.853) a mitad de este año.

Pues en manos de ese minstro, Montoro, está también ahora el Ayuntamiento de València, que ha decidido desafiarle para contratar a 62 personas que intenten desatascar el cúmulo de expedientes de Dependencia que desatendió su propio partido. La Abogacía del Estado ya está en ello.

¿Será el Ministro de Hacienda el que explique a los dependientes por qué consumen sus últimos años de vida viendo como su expediente acumula polvo en una mesa sin resolverse?

Ojo, que en València gobierna el tripartito.

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