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El 15-M, siete años después

El 20 de mayo de 2011, una gran pancarta se desplegó sobre la fachada de un edificio de Sol: «La revolución será feminista o no será». Entre abucheos y gritos de «fuera, fuera», un joven trepó por un andamio y retiró la sábana, entre aplausos. Los allí presentes interpretaron la consigna como un signo de división, cuando «la revolución es de todos, la revolución no tiene sexos», argumentaron ... Cosas de la vida, siete años después del 15-M, el feminismo, la lucha de los mujeres por sus derechos, es la estela más firme del movimiento que llevó a las plazas a millones de ciudadanos para expresar su indignación por una crisis económica que se cebaba con los más débiles. El espíritu del 15-M pervive en las protestas de las mujeres el 8-M y en contra de la sentencia de la Manada, y en las manifestaciones de los pensionistas, que salen a la calle a reinvicar lo suyo, pero también el futuro de sus hijos. El martes se cumplen siete años de un movimiento transversal, que puso en un brete el bipartidismo imperante desde la transición, y el poso que dejó está ahí. Los ciudadanos se han vuelto más exigentes, se perdió el temor a salir a la calle y protestar, los políticos se sienten más fiscalizados y vigilados que nunca, se han colado temas en la agenda política que antes no existían, se demanda más transparencia, la presión social obligó a frenar los desahucios y aprobar un bono luz, todavía insuficiente, un crowfunding recaudó dinero para presentar una querella e impulsar la causa judicial contra Bankia y Rodrigo Rato...

Las demandas del 15-M no se han visto del todo ni la mayoría, satisfechas. Para muchos, este movimiento, que llevó a una nueva generación de políticos a las instituciones, habrá sido una decepción. Es cuestión de ver el vaso medio vacío, medio lleno. Fue un grito de contestación social exigiendo regeneración de la vida política y más democracia, fue una ola de cambio al margen de partidos y sindicatos, que luego en parte intentó representar Podemos. Y siete años después las encuestas apuntan a que la derecha puede seguir al frente del país. No es descabellado pensar que PP y Ciudadanos, o Ciudadanos y PP, obtengan juntos mayoría absoluta en una proxima cita con las urnas. Pero gobierne quien gobierne este país, tendrá enfrente a unos ciudadanos más reivindicativos, más críticos y más atentos a sus movimientos.

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