Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Astilla en la carne

La política, como el póquer o la bolsa es un juego de suma cero o, mejor dicho, que tiende a cero. Ganas lo que pierde el otro y viceversa. No hace sino unos días que el último sondeo del CIS señalaba una ligera ventaja de los votos de PSOE y Podemos sobre el bloque conservador. Pablo Casado acudió a los micrófonos de los media -tan rápido como si fuera a hacerse una foto con los morenos de las pateras - a aclarar que la encuesta era previa a su coronación como gran esperanza de la derecha, pues si Macron es Emmanuel, el ungido, él es Pablo, el apóstol, el que fue fulminado y ascendido al tercer cielo y para que no cayese en la jactancia recibió «una astilla en la carne», el que escribía más cartas que los guionistas de doña Elena Francis.

«La astilla en la carne» de Pablo Casado ha sido su máster, presuntamente hallado en una tómbola. Las vacaciones, que son la meditación al alcance de cualquiera, abren un paréntesis, un lugar de calma. Para todos. Y menos mal, porque nuestro juego de suma cero es sustractivo y multilateral, como un taburete de muchas patas o un chalé en las nubes. Junto al de izquierda (trinitaria)/ derecha (dual), tenemos el de unionistas/ independentistas y el de jueces/ parlamento: hemos puesto tantos asuntos en manos de jueces que parece un reconocimiento de incompetencia, un ruego de ser gobernados por gente con las oposiciones aprobadas.

Cuestiones académicas aparte, un amigo que masajea la bola de cristal para conocer el futuro inminente y a quien llamaré Plutón tras cruzar diversas variables y prospecciones fija una inclinación de voto favorable al Botànic así en el ayuntamiento como en la Generalitat (más marcada en este caso). Claro, que para astilla en la carne, la herida esencial catalana que se abrirá, en sesiones de tarde y noche, así comenzar a caer en el trullo los dorados racimos. Pedro Sánchez tratará de abanderar los buenos modales y el trato; Casado querrá sacudir y señalar negros, etarras, indepes, pero el ciudadano debe saber que no conviene perseguir a los fantasmas: aunque no duela, ni sudes, ni te claves astillas.

Compartir el artículo

stats