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El lío de las bolsas

Sí, ya sabemos que los residuos generados por el consumo de plástico son un grave problema que afecta a todos los rincones del planeta. Problema que, desgraciadamente, va en aumento. Es verdad que también sabemos, el dato es de Greenpeace, que la producción de plásticos se acercará en 2020 a los 500 millones de toneladas, como sabemos que actualmente, nos lo han dicho y repetido hasta la saciedad, 12 millones de toneladas de basura llegan a mares y océanos cada año. Hasta ahí todo correcto. Ante tanto peligro y tanta basura el Consejo de Ministros aprobaba recientemente un Real Decreto que prohíbe suministrar bolsas de plástico gratuitas. Desde el pasado 1 de julio, los establecimientos deben cobrar por ellas para reducir su uso. ¡Y un cuerno!

Si tan sesudas personas creen en esa posible reducción, se equivocan. Puede que al principio se note. Pero las bolsas siguen siendo necesarias y se van a adquirir para contener aquello que se compre. ¿Quién gana en todo esto?, el comercio grande, las grandes superficies, esas que facturan una millonada anualmente gracias a los consumidos consumidores y que no dan apenas servicio alguno. El único que prestaban gratuitamente y no todas, que era el de las bolsas, ya es historia. Las bolsas ni gratis ni pagadas. Hay que buscar una solución intermedia, pero hay que proporcionar el pertinente servicio al consumidor. Que pongan bolsas de papel como se hace en Estados Unidos, pero que hagan algo que alguna puñetera vez beneficie, en lugar de perjudicar, a los consumidores, a los clientes.

Quién es el lelo que puede creerse que pagando las bolsas se va a acabar con la contaminación de los mares y que dándolas gratis el asunto irá en aumento. Hagan que desaparezcan de la faz de la Tierra, prohíbanlas en su totalidad, busquen soluciones, pero dejen ese jueguecito con la contaminación como leitmotiv, porque es difícil de digerir. El afán recaudatorio del gobierno, el gobierno pasado y el gobierno presente que ya está barajando la aplicación de un montón de impuestos para dar contento a sus socios de Podemos, se ha trasladado al comercio en general y a las grandes superficies en particular. Y no se pone baratita la bolsa, no. Como que puede llegar a costar más allá de los veinte céntimos.¿Qué nos dan los supermercados de balde? No se hace otra cosa en España que abrir una gran superficie detrás de otra, lo que viene a demostrar que el negocio funciona. Con eso de que crean puestos de trabajo (habría que conocer las condiciones) y que dan vida a los lugares donde se ubican, pretenden taparnos la boca. Pero no se puede callar. A no ser que las bolsas que se paguen tengan un compuesto especial que no contamine cuando acaben donde acaban todas, en el contenedor de la basura conteniendo detritus domésticos de todo tipo.

Ya vale de beneficiar a unos pocos, los más ricos del barrio, y perjudicar al resto, a la mayoría que en esta democracia consumista no tiene nada que hacer. Según el ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, cada español consume 144 bolsas de plástico anuales y el 90% son de un solo uso, apueste lo que quiera a que esa cifra va a bajar muy poquito. Si la cosa se queda en 120 bolsas anuales me daré por satisfecha. Aunque tengo para mí, pese a la directiva europea, que poco o casi nada se va a lograr al respecto.

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