Hay que ver lo fácil que es pasar de perseguidora a perseguida, un argumento más a favor de la compasión, la presunción de inocencia y la variedad de las posturas sexuales (sin poner en riesgo las vértebras sacras). La actriz Asia Argento destacó, a través de la campaña Me Too, por sus denuncias al productor Harvey Weinstein -quien, de ser cierto la mitad de lo que cuentan de él, es el auténtico Hombre de la Bragueta Incandescente-, pero después se descubrió que Asia había pagado 380.000 euros en uno de esos acuerdos, tan americanos, que frenan una demanda, en este caso por abusos sexuales al joven actor Jimmy Benett.
A ver, seamos claros: el joven actor tenía 17 años cuando se produjeron los supuestos abusos y el pavo no era un rarito de los Apalaches, sino una persona joven, guapa, razonablemente conocida y retribuida, no creo que fuera su primera vez ni que temblara de emoción/pavor en la antesala del tálamo, no. Cuando yo tenía su edad, pese a ser pobre, católico y de pueblo, me hubiera encantado que abusara de mi una señora ¿hasta qué punto? Hasta la más completa exhaustividad, el consentimiento sexual libre se adelanta varios años al buen juicio, gracias a dios que hizo las cosas mucho mejor de lo que suponemos.
También te puedes poner en la piel de Asia Argento, viuda de Anthony Bourdain, hombre de talento compulsivo y múltiple que ganó mucho dinero con programas de cocina y que se suicidó sin que se sepa si todo lo anterior tiene algo que ver con este asunto o con otros que les contaré. Es posible que Asia pagara no por algo que hizo, sino para evitar que se propagase algo que no hizo. De hecho, Asia ya ha sido despedida del programa de la televisión italiana en el que intervenía, aunque los jueces no se hayan pronunciado. Sí lo hicieron las redes sociales con su habitual falta de caridad y tino. El papá de Asia era Dario Argento, un hombre que hacia películas de terror con el ingenio de un superviviente de la serie B. Lo crean o no, la señora Argento será sustituida en la tele por su ex marido, que se llama Morgan ¡Ah, la famiglia!
